Bajas de última hora en la vuelta a las aulas de las escuelas infantiles

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Los centros trasladan a los padres un protocolo que «se cumplirá a rajatabla»

02 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Arranca el curso y lo hace, como siempre, por los coles de los más pequeños. Ayer, en Pontecesures, los alumnos de la guardería iniciaron el proceso de adaptación a las aulas. Son de los más madrugadores de la orilla sur de Arousa, porque en la mayor parte de las escuelas infantiles de la zona, tanto públicas como privadas, antes de iniciar el programa para habituar a los niños a la escuela, han decidido poner en marcha un plan similar para que sean los padres los que se adapten a esta nueva normalidad. Porque si enviar a un niño pequeño a una escuela infantil genera dudas y ansiedades siempre, este año, con la crisis sanitaria, el covid-19 y el miedo a los contagios, esas preocupaciones han crecido de forma exponencial.

Por esa razón, en las escuelas infantiles de la comarca se están celebrando reuniones con padres y madres para intentar despejar dudas y, sobre todo, para pedir colaboración. Y es que, a la hora de convertir esos recintos escolares en espacios seguros para los cativos, es necesario que todo el mundo cumpla con su parte. «A los padres les tenemos que pedir paciencia, porque hay que adaptarse a un nuevo protocolo y al principio eso nos va a costar a todos», señalaban ayer desde la escuela infantil de Vilanova, donde ya han mantenido reuniones con las familias. En ellas han pedido comprensión y colaboración, y han tratado de infundir tranquilidad y calma. Porque si de algo están seguras las responsables de las escuelas infantiles de Arousa es de que en sus respectivos centros se han tomado todas las precauciones para garantizar la seguridad de sus pequeños pupilos.

Aún así, «hay miedo; la gente tiene miedo y eso se nota», dicen en estos centros. Escuelas como las municipales de Vilanova o Vilagarcía han visto cómo se desinflaban ligeramente las matrículas. «La gente no sabe cómo reaccionar», explican desde la guardería vilanovesa.

Ese temor, esas dudas de los padres, preocupan especialmente en los centros privados. En Garabatos (Vilagarcía), reconocen que han notado «un bajón en la matrícula y bajas de última hora. La gente no sabe qué hacer, hay mucha preocupación». Son los mismos síntomas detectados en otra escuela infantil privada de la capital arousana, Estrelas Amarelas. «Tenemos muchas bajas inesperadas, niños con los que contábamos de otros años y que finalmente no vienen. Y hay también familias que nos dicen que de momento no van a empezar, que van a esperar un tiempo antes de decidir para ver cómo va todo en estos primeros meses», indican desde el centro, que hoy comenzará a recibir a sus pequeños alumnos.

En cualquier caso, los responsables de todas las escuelas infantiles consultadas han sido tajantes a la hora de explicar que se van a cumplir los protocolos «a rajatabla». Acostumbradas a trabajar con niños de menos de tres años, saben que afrontan un reto complicado, pero se han aferrado a un protocolo que, dicen, pronto estará interiorizado y no será tan engorroso como pueda parecer. En todos los centros aseguran estar preparados para la vuelta. «Estamos hasta un poco ilusionados... Llevamos desde marzo sin trabajar y tenemos ganas de volver a arrancar», dicen desde Vilanova. «Lo vamos a hacer bien, somos conscientes de lo importante que es que todos hagamos las cosas bien», señalan, con la voz llena de convicción, en las escuelas.

Espacios para quitarse los zapatos y patios divididos; los otros efectos del covid-19

En la escuela infantil de Vilanova han tenido que hacer una entrada cerrada «para que los niños puedan quitarse los zapatos que traen de la calle» y liberarse de los abrigos. Todos esos elementos, igual que los carritos y las sillas de los más pequeños, no podrán quedarse en la entrada de los centros, como hasta ahora se hacía. El covid-19 ha puesto todo patas arriba y ha dejado a los más pequeños descalzos en el interior de las aulas. En casi todos los centros aclaran que los pequeños tendrán «un calzado específico para aquí», con el que poder salir al patio. En estos recintos también se han realizado, o se van a realizar, cambios.

En la escuela infantil de Valga, por ejemplo, los niños saldrán por turnos. Y después del paso de cada grupo «os xogos serán desinfectados para que poida saír o seguinte grupo». En Vilagarcía, la existencia de tres patios, uno de ello susceptible de ser dividido, facilita planificar la hora del recreo. En Cambados también han buscado una solución para ese momento: subdividirán el patio en pequeñas áreas para que cada grupo disponga de su propio espacio de juego. El centro cambadés ha iniciado ya los contactos con los padres para mantener charlas informativas sobre los protocolos que marcarán su funcionamiento durante el curso, que arrancará de forma escalonada a partir del día 15 de septiembre.

Para entonces, en Pontecesures estarán entrando en una segunda fase del curso: habrán terminado la de adaptación y ya estarán todos los alumnos en un centro donde también ha habido baile de matrícula hasta última hora, según explicó el alcalde Juan Manuel Vidal Seage.