Los vikingos más civilizados se unen en Catoira a la batalla contra el covid-19

Rosa Estévez
rosa estévez CATOIRA / LA VOZ

AROUSA

Hoy no habrá desembarco, pero sí un programa en las redes sobre la fiesta

02 ago 2020 . Actualizado a las 14:13 h.

Por si se producía un desembarco de bárbaros contemporáneos, el recinto de las Torres de Oeste fue blindado ayer por la mañana, mientras duraron los actos organizados para recordarnos a todos que deberíamos estar esperando a los vikingos de Catoira. El covid-19 ha prohibido la Romaría: ha cancelado conciertos y desterrado la cena. Los espectáculos de masas, de excesos y de proximidad fueron sustituidos ayer por la mañana por una instructiva lección de historia y lucha impartida por la Sala Viguesa de Esgrima Antigua. Desde una silla, un niño con capa medieval y mascarilla del siglo XXI, blandía su espada, tal vez ansioso por llevar a la práctica los movimientos que le estaban enseñando. A fin de cuentas, la Vikinga es una fiesta que pide acción. Y algo de acción propuso el Concello, que contrató para ayer por la noche un pasacalles de Troula. El grupo lleva años participando en la fiesta y conoce bien los resortes que ha de tocar para estar a la altura de las expectativas de los catoirenses. Hoy debería llegar la hora de la verdad. El momento en el que los bárbaros del Norte saltasen a tierra desde sus barcos y entablasen dura batalla de barro y vino con los locales. No va a ser así. En lugar de la tradicional batalla, a través de las redes sociales se retransmitirá el programa de O Chuso, un vecino de Catoira que, acompañado por Tonhito de Poi, realizará entrevistas, proyectará vídeos y contará con algunas actuaciones en directo. Todo ello, ante un público limitado. Para acceder al recinto de As Torres habrá que entrar por el paso situado bajo el puente interprovincial: el otro acceso se cerrado para evitar cruces indebidos en las pasarelas. Las sillas volverán a estar separadas, el recinto marcado... La batalla, este año, no es contra los vikingos: es contra el covid-19.

Un equipo de la televisión japonesa que está rodando un reportaje sobre la historia y la cultura vikingas recaló ayer en Catoira.  «Es un año raro para venir», reconocen los integrantes de este equipo. Pero la visita ha valido la pena. «Del desembarco hay imágenes de otros años, y viniendo aquí podemos entender mejor las cosas, el paisaje, hasta las Torres de Oeste ayudan».