Opmega lanza una campaña para poner el trabajo de la batea en el catálogo de profesiones a tener en cuenta por los jóvenes de la costa gallega

r. estévez
Licenciada en Ciencias da Información pola Universidade de Santiago de Compostela

«Os nosos fillos non van á batea porque nós non os levamos á batea. Encargámonos nós mesmos de desvialos a outras cousas». Con cincuenta años de experiencia a sus espaldas, un bateeiro lanzaba esta reflexión en el coloquio celebrado en Vilagarcía, en el contexto de la jornada sobre «Promoción del producto y del oficio; Internacionalización del sector» organizada por Opmega. Giró ese foro alrededor de dos retos que ha de afrontar el mundo del mejillón gallego: encontrar herederos para toda una forma de vivir y explorar nuevos mercados para un producto que presume, con razón, de ser el mejor del mundo.

Y es que una organización como Opmega asiste con preocupación a los problemas que se están dando para dar el relevo a nuevas generaciones de bateeiros. «Non é un problema só noso, dáse en xeral en todo o ámbito pesqueiro», razona Ricardo Herbón, el presidente de la principal organización de productores de mejillón de Galicia. Considera imprescindible dar un vuelco a esa situación, y por eso Opmega ha encargado a la empresa Inxenia DT una campaña destinada a poner el trabajo en la batea en la órbita de los jóvenes que empiezan a buscar su futuro laboral. Genma Laso es una de las encargadas de diseñar «Batéate; encuentra tu espacio en el mundo». Ese es el lema bajo el que se lanzará un guante a jóvenes estudiantes de instituto. «Los jóvenes de ahora ven el trabajo del mejillón como un trabajo duro. Pero hay que hacerles ver que tiene, también, otras contraprestaciones. Se trabaja al aire libre y económicamente es una opción válida, muy interesante», explicaba Laso en el edificio del Consello Regulador en el que tuvo lugar el encuentro.

El próximo curso, si el covid-19 lo permite, comenzarán las visitas a los centros de Secundaria para explicar a la rapazada de qué va eso de la batea. Porque hay jóvenes que, pese a pertenecer a familias del sector, «viven de costas a el», según Herbón. «Cando eu era un rapaz, con trece ou catorce anos xa ía traballar co meu pai. Agora iso é inviable, porque tamén cambiaron moito as normas», explica. Por eso hay que buscar caminos nuevos para acercar a los jóvenes a un sector que estructura la economía de la Galicia costera. Para ello, además de las charlas que darán veteranos lobos de mar, se diseñará una aplicación y se organizarán concursos de creación. Todo, para perpetuar un sistema característico de nuestra economía.

MONICA IRAGO

La organización de productores sigue con la vista puesta en centro Europa

«A mucha gente, la palabra internacionalización se le traba. Es una palabra compleja de pronunciar, y también es un proceso complejo de ejecutar». Con esa frase inició Pablo Cabanelas, del departamento de organización de empresas y márketing de la Universidade de Vigo, una ponencia sobre qué pasos se deben seguir para lograr que una empresa salte, con éxito, fronteras. En concreto, un racimo de empresas como el que da forma a Opmega, un crisol de organizaciones de productores.

Explicaba Cabanelas que Europa sigue siendo una gran importadora de productos de la pesca y la acuicultura. Y ese es un dato que los mejilloneros gallegos deben tener en cuenta. Tanto, como afrontar, sin paños calientes, el análisis de si una empresa o colectivo está preparado para saltar fronteras. Si la respuesta es que sí, llega la hora de trazar estrategias que atiendan tanto al mercado al que se pretende llegar, como a las necesidades logísticas y a posibles alianzas.

Dori López, de Innova Digital Export, tomó la palabra a continuación -esta vez por videoconferencia- para explicar cómo Internet se ha convertido en una herramienta imprescindible en cualquier proceso de internacionalización. Y más, tras la crisis del covid-19, que ha acelerado un crecimiento constante de las ventas digitales. El avance galopante de la tecnología ha provocado que haya una variedad creciente de fórmulas y herramientas para poner al servicio de los procesos de internacionalización empresarial. Cada sector debe encontrar, en medio de todos ellos, su propio camino. Opmega está en ello. La organización de productores de mejillón está dispuesta a entrar de forma directa en mercados de centro Europa. «Ese é o noso obxectivo dende hai tempo. Pero este ano, coa crise sanitaria, tivemos que parar todo», explica Ricardo Herbón.

El esfuerzo debería valer la pena. La conselleira de Mar, Rosa Quintana, que clausuró la jornada, aseguró que «cando volvo de Bruxelas sempre traio unha espiña cravada. Porque alí ofrecen o seu mexillón en todos lados, e cobran vinte euros por ración». Para lograr ese objetivo, dijo Quintana, «o primeiro é que lle deamos valor ao noso».