Scandia pide un proyecto de viabilidad y seguridad jurídica para vender Thenaisie

Serxio González Souto
serxio gonzález O GROVE / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El Igape y la Zona Franca se comprometen a respaldar económicamente la operación

10 jul 2020 . Actualizado a las 21:16 h.

Varias semanas de incertidumbre sobre el futuro de 125 puestos de trabajo directos y más de doscientos empleos indirectos en O Grove y Mos podrían concluir en cuestión de días. Un condicional difícilmente puede aportar seguridad en material laboral, pero el mero hecho de que esa posibilidad exista constituye un buen síntoma en un conflicto que hace apenas unos días parecía verdaderamente enquistado. Esta tarde, el director del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), Juan Cividanes, trasladó al comité de empresa de Thenaisie Provoté el resultado de las reuniones que esta semana ha mantenido con todas las partes vinculadas a la conservera arousana. De ellas se extrae que, por primera vez, el grupo rumano Scandia Food se aviene a negociar la venta de la compañía al empresario gallego Alfonso Caneiro.

Esto, que de por sí supone un avance, no es, sin embargo, más que un cambio de posición que todavía debe ser consolidado. De acuerdo con lo que Cividanes trasladó a los sindicatos, los representantes de Scandia demandan la presentación de un plan de viabilidad por parte de Caneiro y garantías de seguridad jurídica sobre el hipotético proceso de venta y el cumplimiento de los compromisos que se alcancen. El primero de ellos ya está sobre la mesa. Lo puso el propio director del Igape, que está dispuesto a emplear sus recursos para respaldar la operación. Se une, así, a la Zona Franca de Vigo, que ha garantizado al industrial gallego su apoyo económico.

Esta fuente de financiación resultará fundamental para la viabilidad económica del proyecto que capitanea Caneiro. Thenaisie se encuentra, en estos momentos, en la fase común de un concurso de acreedores que el grupo rumano solicitó voluntariamente. Si el proceso avanza hasta su tramo de convenio, las entidades bancarias involucradas tendrán que provisionar el 25 % de las deudas existentes, con lo cual difícilmente aportarán un euro más al proceso de reflotación de la conservera.

Esa deuda asciende a 5,2 millones de euros que se distribuyen entre ocho entidades, aunque son tres las que concentran su mayor parte. Tras entrevistarse con sus responsables, Caneiro asegura estar en condiciones de llegar a un acuerdo que permita a Thenaisie seguir trabajando. Algo parecido sucede con los proveedores, a los que la compañía adeuda unos dos millones de euros. Por fin, el plan del empresario gallego apuntaría a una ampliación de capital de otros dos millones con los que devolver a la conservera a la plena actividad.

Todo ello debe ser detallado en un plan que el grupo rumano espera recibir a lo largo de la próxima semana. El Igape sitúa el viernes que viene el horizonte del siguiente paso, que ya debería ser decisivo. Cividanes convocará de nuevo a todas las partes para abordar ya las posibilidades concretas de la operación de venta. «Os traballadores puxeron toda a carne no asador, agora son eles quen teñen que chegar a un acordo», manifestó Miguel María, de Comisiones Obreras. Rosa Abuín, de la CIG, sindicato mayoritario en el comité reconoce que «hai un camiño» pero advierte de que aún no hay nada hecho, y espera que la Xunta que emerja de las elecciones materialice su compromiso.

La facturación de la conservera ha caído a la mitad en el último año

Obviamente, la gestión de Scandia Food al frente de Thenaisie Provoté no ha llegado a buen puerto. El grupo rumano, especializado en la conserva de carnes y salsas, desembarcó en la compañía gallega a todos los efectos en el 2018. Este año, sorprendió a propios y extraños al acudir a un concurso voluntario de acreedores, cuando la normativa aprobada para contener la crisis del covid le permitía aguardar, al menos, hasta la conclusión de este ejercicio. Con su plantilla sometida a un expediente de regulación, sus responsables se dirigieron por escrito a sus principales clientes para anunciarles que no podrían cumplir sus compromisos. Algo que, lógicamente, tuvo consecuencias dramáticas. Su facturación podría caer a la mitad, alrededor de diez millones.