Los cambios en el tráfico derivados de la obra de en la PO-549 provocan nuevas quejas en Corvillón

b. c. CAMBADOS / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Las protestas se están concentrando en la farmacia de la calle Pintor Pesqueira

27 jun 2020 . Actualizado a las 14:13 h.

La obra de mejora de la seguridad vial en la PO-549 a su paso por Corvillón (Cambados) vuelve a ser objeto de polémica, y, de nuevo, por los cambios en la circulación rodada que implica la nueva señalización. A finales del pasado año los vecinos de la zona de A Veiga sacaron las pancartas para pedir que se rectificara la regulación del tráfico en el cruce del mismo nombre. La pista quedaba de sentido único y eso obligaba a los conductores a dar un rodeo de más de un kilómetro. Aquel problema se solucionó, pero surgen otros frentes.

Ahora es en O Riveiro donde los vecinos alzan sus voz para denunciar la peligrosidad que implica la nueva regulación en Pintor Pesqueira. En esta calle se sitúa una farmacia y es desde allí de donde parten las principales quejas, que dirigirán a la Xunta de Galicia para solicitar que se corrija la situación. Esta calle era de doble dirección y ha pasado a ser de dirección única de salida, es decir, de incorporación a la avenida de Vilagarcía. Por tanto, el único acceso a ella es por la calle paralela, Pintor Maside, situada a unos pocos metros. Quienes protestan argumentan que el STOP en Pintor Pesqueira deja a los conductores que se incorporan a la vía principal con poca visibilidad, lo cual representaría un peligro, tanto para los coches parados como para aquellos que salen de la rotonda en dirección a Vilagarcía. Su propuesta pasa por que se habilite un carril de acceso a la calle y se cambie el sentido, de forma que quede de dirección única, pero de entrada, con salida hacia la Vía do Salnés por Rúa do Río, que tendría que pasar a ser de dirección única por su estrechez y para dar seguridad a la vía.

«Desprecio»

En la farmacia afirman estar recibiendo quejas por este motivo por parte de muchos usuarios así como de los taxistas que trasladan a los clientes, a veces desde otras parroquias, cuando les coincide cubrir el turno de guardia. Hablan de «desprecio» y de «falta de consideración» hacia un servicio crucial para el sistema sanitario, como se ha comprobado en el estado de alarma.