Pero la formación a nivel laboral es solo una de las facetas que trabaja el módulo Nelson Mandela. Todos, presos y profesionales, son conscientes de que acaban entre rejas por haber tomado malas decisiones. Por ello aprenden gestión de emociones, a dominar la ira, a utilizar su inteligencia emocional. «Cuando están ante una situación estresante tienen que saber cómo reaccionar. Eso es fundamental», explicó la subdirectora de Tratamiento, Ana Terlera. Y Víctor Manuel asiente. «Este módulo nos ofrece la oportunidad de una vida alejada del delito», apunta. Pueden además cursar estudios, desde los más básicos hasta bachillerato y UNED. «Nunca es tarde si uno se lo propone», insiste. Y ese es el mensaje que lanza al resto de reclusos, a los que anima a participar en este módulo, donde reina «el compañerismo y la solidaridad».