«El kenpo me ha ayudado a ser una persona fuerte. También más noble»

AROUSA

Cedida

Pedro Muñoz cuenta cómo pasó de barajar levantar el pie del acelerador, a encadenar medallas internacionales tras la llamada de la selección

18 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Muñoz Fole (26/II/1999) recogía el pasado viernes el premio al Mellor Deportista do Ano 2018 de Vilagarcía, galardón que reconoció sus dos oros mundiales Sub-21 de kenpo en las modalidades de kata y combate. Una parte de su brillante palmarés, que en las tres últimas temporadas reúne siete títulos y doce medallas entre campeonatos del mundo y de Europa de las categorías Sub-21 y Absoluta, en media docena de especialidades del kenpo. Un deporte que practica desde los 4 años, y en el que es campeón de España año tras año desde su debut en la cita nacional en 2009. Estudiante de tercer curso de INEF, Pedro nos atiende desde Oleiros.

-En Galicia, donde las artes marciales son una familia deportiva minoritaria, el taekuondo y el yudo pueden ser más o menos reconocibles para la gente de a pie por los Juegos Olímpicos. Para los muchos que lo desconozcan, ¿en qué consiste el kenpo?

-Pues el kenpo es un sistema de defensa personal, que como arte marcial, trata de enseñar a las personas a defenderse en situaciones reales; y como deporte de competición, abarca muchas modalidades, desde la kata y defensa personal, al combate.

-¿Por qué optó por el kenpo, y no por cualquier otra arte marcial, alguna, como ya dijimos, con gancho olímpico?

-Principalmente, porque nunca me dejó de gustar el kenpo. Nunca perdí el gusanillo de entrenarme. Sí me llamaron otros deportes, como el fútbol y el baloncesto, que practiqué. Pero lo que más me motivaba era seguir compitiendo en kenpo, y avanzar para conseguir nuevos cinturones. Y en el momento en que más desmotivado estaba, en mi mejor Campeonato de España, fue cuando me llamaron para la selección española, en el 2017, y eso me reactivó.

-Entonces, ¿hubo un momento en que pensó en dejarlo?

-No en abandonarlo completamente, pero sí en bajar la intensidad, porque me gustaba mucho el baloncesto, y me costaba compaginarlo. Siempre le di prioridad al kenpo a pesar de todo eso.

-De esa reactivación por la llamada de la selección salieron sus doce medallas y siete títulos internacionales. ¿Qué hay detrás de ese último tramo de camino con losas doradas recorrido por Pedro Muñoz?

-Pues mucho entrenamiento, la verdad. Al final son muchas horas dedicadas. Muchísimas. Y compaginarlo con los estudios, la familia y los problemas que se te puedan aparecer es mucho trabajo. Hay adversidades que no se ven, que son trabas a la hora de competir y de entrenar, que solo un deportista conoce, y que requieren la superación de uno mismo.

-En su disciplina deportiva, la parcela física y competitiva conviven con un discurso de vida, una filosofía de ser y estar. ¿En qué medida lo ha moldeado como persona esa otra parte del kenpo?

-Prácticamente mi personalidad se formó a base del kenpo, y de mi familia. El kenpo para mí es una influencia muy grande; en mi espíritu de superación, y en la persona que soy ahora. Una persona fuerte, exigente. Y aunque el kenpo sea un deporte individual, necesitas de tus compañeros, lo que te hace ser más sociable. También ser más noble; al final las dos personas que estamos en un tatami, en un momento estás peleando, y a los dos minutos abrazado al otro, comentando el combate sin mayor problema.

-Para muchos, quizá la mayoría de los que no viven por y para el deporte, el resultado marca el valor y el nivel del deportista, sin valorar la trastienda del resultado; la carga de trabajo, esfuerzo y sacrificio que hay detrás de cualquier deportista de élite. ¿Cree que hay muchos campeones sin corona ni podio?

-Sí, sí. Por supuesto. Muchísima gente le dedica más horas que las que le dedican seguro los campeones, y por suerte, talento o cualquier otro factor, no logran una medalla, o una plaza para un campeonato. Y a esa gente nunca se la tiene en cuenta, cuando su esfuerzo ha sido igual o mayor que cualquier campeón.

-¿Injusto?

-Sí, en parte es un poco injusto. Pero también hay que saber que, a la hora de competir, si no tienes la suerte de estar al 100 % ese día, sabes lo que va a pasar. Tienes que intentar que el día que toque competir se junten todos los factores para que estés al 100 %.

-Mucho más satisfactorio avanzar sumando títulos y medallas…

-Sí. Ver que tu esfuerzo tiene una recompensa. Yo soy muy competitivo. Para mí ganar es importante. Pero no ganar, y ver que las cosas que has entrenado te salen mejor, también gratifica.

«Me gusta mucho arbitrar baloncesto. Te das cuenta de que sin árbitros, no hay deporte»

Pese a su brillante currículo, Pedro Muñoz está lejos de haber saciado su sed deportiva.

-Mellor Deportista do Ano de Vilagarcía. Con 20 años, y ya es reconocido en su tierra...

-Sí. La verdad es que, con el palmarés de otros deportistas, con el nivel de alto rendimiento que hay en Vilagarcía, se agradece mucho. Podría haber sido cualquiera de los cinco finalistas el que se hubiese llevado el premio.

-Comentaba antes usted que tuvo una etapa de cierta desmotivación, por su deseo de compaginar el kenpo con el baloncesto. Ahora que es árbitro del deporte de la canasta, ¿como lo simultanea?

-Sí. Soy árbitro de baloncesto desde hace poco más de un año. La verdad es que es complicado compaginarlo. Me gusta mucho arbitrar. Para poder hacer el máximo número de partidos, intento entrenarme más por la semana. Pero siempre dándole más prioridad al kenpo; sobre todo en la época de competición.

-¿Y qué le llevó a querer ser colegiado?

-Ver el deporte desde otro punto de vista completamente diferente, y aprender a ser más disciplinado. Y a darte cuenta de que sin árbitros, no hay deporte.

-Con un currículo como el suyo y tan joven, podría parecer que poco le queda por hacer. ¿Cuáles son sus miras en este momento de su vida deportiva?

-Pues… Esta temporada me gustaría participar en el Mundial en la categoría de full kenpo, en la que solo he competido a nivel nacional, con un tercer puesto. Me gustaría competir en ella en el Nacional, y conseguir la plaza para hacerlo en el Mundial. Después, conseguir el cinturón negro Tercer DAN (ahora es negro Segundo DAN). Y ayudar a seguir formando la base del kenpo, en Vilagarcía y en A Coruña, donde entreno y ayudo a entrenar.