Las vilagarcianas solventaron con solvencia el duelo que les midió al ADBA
24 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Que el de ayer era el partido de Patricia Vicente se pudo ver prácticamente desde el principio. Los siete primeros puntos del Cortegada en el encuentro que disputó contra el ADBA llevaron su firma. Que esa racha inicial la pudiera mantener durante todo el encuentro era una incógnita que pronto se desveló. Ayer llegó Patricia y mandó ganar. Acabó con 23 puntos, 10 rebotes y siete asistencias y su muñeca enseñó el camino para que las vilagarcianas consiguieran un triunfo que les viene muy bien, porque el que jugaron contra las asturianas era uno de esos partidos peligrosos.
Al Cortegada se le presupone categoría y porte como para no tener que andar lidiando con agobios clasificatorios. Pero el baloncesto es caprichoso, el calendario más, y las vilagarcianas estaban el penúltimo sábado de noviembre con una única victoria en su casillero y con la sensación de que la temporada iba a ser muy dura.
Y esa sensación de incomodidad reinó durante la primera parte del encuentro contra el ADBA, un rival directo en esos menesteres de la permanencia como maná en los que se tiene que ver envuelto el actual Cortegada. Comenzaron bien las vilagarcianas, con Patricia Vicente anotando los siete primeros puntos y mandando en el marcador. El 12-6 inicial no era una mala noticia, ni mucho menos, pero las asturianas se rebelaron para demostrar que no se habían hecho tantos kilómetros porque sí y consiguieron cerrar el primer cuarto por delante (16-19).
Y dominaron las avilesinas hasta por cinco puntos al inicio del segundo parcial, pero poco a poco el Cortegada fue mejorando, asentándose y teniendo claro dónde podían hacer más daño. Todas esas sensaciones fructificaron en el tercer cuarto, donde a las arousanas se las juntó, también, el acierto, que es ese aliado indispensable para salir adelante. El Cortegada, que había metido 27 triples en los siete partidos anteriores (es decir, una media que no llegaba a los cuatro por partido) anotó ayer diez. Sus dos primeros ataques acabaron con sendos aciertos que contribuyeron a ir estirando el resultado.
El técnico visitante intentó aliviar el chaparrón con un tiempo muerto cuando la diferencia comenzaba a estirarse (42-33, min 24), pero el partido tenía ya una dinámica clara. Se jugaba a lo que quería el Cortegada, pese a los intentos desesperados de Jone Azkue para limitar la herida. No pudo lograrlo. El parcial del tercer cuarto fue esclarecedor. Y cuando el ADBA quiso reaccionar en el último parcial se encontró con un triple de Zeltia Presas al final de posesión que hunde a cualquiera. Luego, el sexto de Patricia Vicente fue ya el matasellos en la carta de las vilagarcianas hacia la permanencia.
El poderío del líder pudo con un Arxil que compitió, pero que no tuvo opciones
Quince minutos le bastaron al Ibaizabal para consumar su victoria (51-71) en Pontevedra ante un Arxil que llegaba al duelo mermado entre las bajas y las jugadoras que tuvieron que jugar tocadas. El líder de la liga abrió una brecha de más de 20 puntos mediado el segundo cuarto que resultó decisiva para el resto del choque, dejando prácticamente en anecdóticos los siguientes minutos de juego en los que el Arxil sí compitió bien ante el líder invicto, pero sin lograr reducir distancias.
Los centímetros
La diferencia de centímetros en la pintura resultó decisiva para decantar del lado vasco el encuentro. Sin que Ibaizabal cuajase un gran partido en el lanzamiento, su potencial en el rebote le dio demasiadas segundas oportunidades que supieron aprovechar para ganarse la ventaja. El acierto en el triple (once anotados en el día de ayer) hizo el resto.La escasa rotación de las verdes, con muchas jugadoras todavía en fase de crecimiento al alternar con el filial, y el potencial del líder hicieron imposible cualquier reacción de las locales, .
Por el Arxil jugaron: Carla Fernández (4), Rosendal (14), María Lago (3), Díaz-Pache (13) Forster (14) -quinteto titular- Violeta, Aldara, Adriana Aparicio (2), Noa Casalderrey, Margarita Moreira (1).