Fuerzan su puerta temiendo por su vida y el hombre estaba durmiendo la siesta

Si siempre resulta conveniente curarse en salud, la reciente oleada de accidentes y muertes entre personas mayores que viven solas no hace sino reforzar este sencillo principio de precaución. Esta tarde, frente a una vivienda de Catoira se desplegó un intenso operativo. En él participaron los bomberos, Protección Civil, el grupo de emergencias de Valga, la Guardia Civil y el 061. El inquilino del inmueble llevaba todo el día sin dar señales de vida. No acudió a dos citas en el centro de salud de la localidad arousana, cuyos médicos dieron la señal de alarma. Además de padecer problemas cardiovasculares, el hombre, que supera los setenta años de edad, había sufrido un accidente de tráfico el día anterior.

Temiendo que pudiese haberle ocurrido algo, y después de intentar sin éxito hablar con alguno de sus familiares y comprobar que ni se hallaba en Marín, donde posee otra residencia, ni había sido ingresado en ningún hospital, la Guardia Civil decidió forzar la puerta de su domicilio. Los agentes contaron con la colaboración de los bomberos, que hicieron saltar el bombillo de la cerradura. El hombre se encontraba en el interior de la vivienda, en efecto, pero no parecía haber sufrido ningún percance. Todo lo contrario. Dormía la siesta profundamente. Tanto, que no se había enterado de nada. Ni siquiera quiso ser trasladado al Hospital do Salnés para ser sometido a una revisión.

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