El Sergas pide a los arousanos de 15 a 24 años que revisen sus vacunas de paperas

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Sanidade extiende su protocolo a toda la comarca tras la detección de un caso en el instituto Fermín Bouza Brey

19 nov 2019 . Actualizado a las 22:51 h.

La detección de un caso de paperas entre los alumnos de un ciclo formativo que se imparte en el instituto Fermín Bouza Brey, de Vilagarcía, confirma la existencia de un ligero repunte de esta enfermedad en el área sanitaria Pontevedra-O Salnés. Si bien se trata de un fenómeno que este otoño ha surgido con mayor virulencia en los entornos de Vigo y Santiago, la Consellería de Sanidade ha decidido extender su protocolo frente la parotiditis, nombre técnico de la infección, a toda la comarca. Las recomendaciones se dirigen, especialmente, a la población que oscila entre los 18 y los 24 años, un tramo de edad en el que la manifestación del virus resulta particularmente acusada. Lo que el Servizo Galego de Saúde solicita, en primer lugar, es que los jóvenes revisen su cartilla de vacunaciones. Y, en caso de duda, acudan a su médico de familia.

La denominada triple vírica, una vacuna que engloba a las paperas junto a la rubeola y al sarampión, se introdujo en el calendario público de vacunaciones en 1981 y su cobertura alcanza al 90 % de la población, por lo que lo habitual es que los chavales estén protegidos. No obstante, la presencia de los anticuerpos protectores se debilita con el paso del tiempo, y en ocasiones sucede que el paciente en cuestión no ha recibido las dos dosis de rigor (una de ellas se administra a los doce meses; la otra, a los tres años) o bien no lo recuerda. Por ello, el contagio es posible aun cuando la vacunación haya existido en su momento.

Si, consultado el episodio con el médico, se concluye que el paciente solo ha recibido una de las dosis, la indicación del Sergas es que le sea administrada la segunda. En caso de que no exista evidencia de ninguna de las dos, es necesario que se le apliquen sucesivamente, con un mes de intervalo entre ambas.

La vacunación en sí no provoca ningún efecto ni debe impedir el desarrollo normal de la actividad cotidiana. En cambio, si alguien percibe los síntomas de la enfermedad debe abstenerse de acudir al trabajo, al centro educativo en el que estudie y, en general, a cualquier actividad grupal para evitar que el virus se propague. No es difícil, puesto que lo hace a través de la saliva y las secreciones de nariz, garganta y boca. Un estornudo, una tos o una simple conversación a menos de un metro y durante un período de unos quince minutos pueden bastar para el contagio.

Los síntomas surgen entre 12 y 25 días después de la infección. Hay quien sobrelleva la enfermedad sin apenas notar nada, pero lo habitual es padecer fiebres, dolores de cabeza y musculares, cansancio y pérdida de apetito. En ocasiones, también la clásica inflamación de las glándulas salivares, que puede resultar dolorosa. Las paperas se transmiten desde dos días antes del brote sintomático hasta cinco días después. De ahí la necesidad de evitar los espacios compartidos y de extremar la precaución ante mujeres embarazadas, personas inmunodeprimidas y niños menores de doce meses.

La mayoría de los pacientes lo superan en cuestión de pocas semanas. Pero en escasas ocasiones se produce una inflamación testicular, que solo en casos extraordinarios conduce a la esterilidad.