Pontevedra prepara su vuelta al medievo

BORJA CASTRO FONTÁN LA VOZ / PONTEVEDRA

AROUSA

Claudia Gómez

Todo está en marcha para que la ciudad regrese al siglo XV con su tradicional Feira Franca

01 sep 2019 . Actualizado a las 21:04 h.

La Feira Franca de Pontevedra supone una de las celebraciones más importantes de todo el año en la ciudad y una cita imprescindible no solo para los pontevedreses, sino para centenares de visitantes. La vigésima edición de esta fiesta llegará a Pontevedra los días 6 y 7 de septiembre, en los que la villa regresará al siglo XV para disfrutar del lujo que supone esta celebración. Toda la maquinaria está en marcha para que la urbe regrese a 1467, año en el que el rey Enrique IV autorizaba la celebración de un mercado libre de impuestos durante un mes.

Este año, con motivo de la celebración de sus veinte años de trayectoria, el Concello ha escogido la propia Feira Franca como temática de esta cita tan emblemática. El Ayuntamiento ha anunciado que en ella se recuperarán elementos, espectáculos y actividades que se fueron realizando durante todos estos años. Además, la concejala de fiestas, Carme da Silva, ha anunciado que esta edición ha roto su propio techo, ya que ya están confirmadas unas 400 mesas, lo que supone el tope de las plazas que se pueden ofertar. También se habilitarán 33 puestos de mercado de alimentación y 37 en el de artesanía en los mismos lugares de la última edición celebrada.

Pontevedra ya se encuentra trabajando en las labores de recreación de esta época. La ciudad ha comenzado la reconstrucción de sus murallas, que serán recreadas con lienzos pintados a mano, madera y andamios. También volverán a levantarse las diferentes puertas propias del medievo. La de Alhóndigas se levantará frente al Concello, la de Rochaforte en Santa Clara, y la de Trabancas en A Ferrería. Se estima que las calles se ambientarán con más de 5.000 metros de telas para embellecer y ambientar la vía pública; 3.000 telas de saco para disimular la estética moderna de todo el mobiliario urbano; 500 metros de papel para ambientación y recreación diversa; junto a unos 300 estandartes. Todo ello sin contar las balas de paja, la madera y los andamios, necesarios para reconstruir las puertas medievales. El gobierno local ha anunciado algunas sorpresas, entre las que se encuentra la expansión de la fiesta hacia el entorno del río Lérez, algo que anunció da Silva el pasado mes de junio. Además, esta edición contará con la partida presupuestaria más grande de su historia: 160.000 euros.

La Feira Franca, que se lleva realizando desde el año 2000, cuenta con diversas actividades lúdicas como el torneo medieval, la representación del transporte del vino, tiro con arco, esgrima o exhibiciones musicales. Sin embargo, lo más importante que posee esta fiesta es la implicación que tienen todos sus visitantes, que se visten de época para comer, cantar y disfrutar en las calles de Pontevedra. Esto es precisamente lo que le ha valido, en el año 2013, la declaración de Festa de Interese Turístico por la Xunta de Galicia. En definitiva, esta celebración supone todo un acontecimiento en la ciudad, y no hay duda de que seguirá siéndolo durante muchos años más.

«Leemos e investigamos para que todo sea como en esa época»

La coordinadora del grupo de trabajo de la Feira Franca, María Paz, habla sobre el enorme trabajo que hay detrás de toda la ambientación y decoración que hacen que Pontevedra regrese al medievo.

-¿Qué es lo que hacen aquí?

-Nosotros somos los artífices del decorado de Pontevedra en la Feira Franca. Organizamos, cortamos y pintamos las lonas, cosemos algo del decorado urbano. Lleva mucho trabajo, porque esto es lienzo y les damos varias bases. Después hay que pintar todas las piedras para darles los detalles, y ya por último encajarlo todo bien en los andamios, viendo que todo quede perfectamente colocado. A mayores les hacemos los dibujos de las puertas, que cada año cambian.

-¿Cuánto tiempo están trabajando en esto?

-Durante cuatro semanas. Tenemos que revisar todas las lonas para ver en qué estado se encuentran, ya que con los usos y el paso de los años se van deteriorando. Cada año cambiamos uno de los montajes, que restauramos y al que le incorporamos algo para que no sea siempre igual.

-¿En qué os inspiráis para hacer toda esta decoración?

-Leemos e investigamos para que todo sea como en esa época. Procuramos que todo sea igual. Aún así, el Concello nos da total libertad para hacer todo aquello que nosotros consideremos.

-¿Qué nos espera este año?

-Va a cambiar la porta de Rochaforte. Estamos cosiendo unos estandartes que van en a zona del mercado, serán las indicaciones para todas las actividades. También habrá un recubrimiento que acompañará a las nuevas almenas, que tapará la parte de atrás del andamio, dándoles un aspecto totalmente tridimensional. Y por supuesto también habrá alguna que otra sorpresa, que se descubrirá en la propia fiesta.

¿Qué es lo que se visten los asistentes para acudir cada año a la feira franca?

Ir vestido de época es algo más que imprescindible en una cita como esta. Cada agosto, los pontevedreses se preparan para llevar su atrezo medieval a la Feira Franca. Pero la moda no solo va con nuestra ropa diaria, sino también llega hasta este tipo de eventos. La diseñadora Marina Navarro, dependienta en su propia mercería, habla sobre cómo cambian los atuendos edición tras edición. «Cada año presentamos una nueva colección para la Feira Franca. Investigo, leo y veo todo lo que puedo para empaparme de ese estilo medieval. Luego le añado mi toque personal y construyo cada colección».

Conseguir un atuendo para este evento es algo accesible a casi todos los bolsillos. Los precios de compra oscilan en torno a los 50 o 60 euros, sin embargo, existe la opción de alquiler, con lo que se puede ahorrar la mitad de ese dinero. Es decir, por unos 25 euros se puede conseguir un traje medieval para acudir el próximo día 7 al evento. Para quien sea más habilidoso existe también la posibilidad de comprar la tela y confeccionarlo a mano. Isabel Dios, dependienta de Tegal, dice que desde 20 o 25 euros se puede hacer un traje básico pero vistoso. En cuanto al estilo, avisa: «En el mundo de las telas no hay tanta variedad, o te vas a rayas o te vas a liso o a brocado»

En cuanto a la demanda en las mujeres, Navarro afirma que este año las princesas han sido sustituidas por firmes guerreras. «Quizás esté cambiando un poco la demanda porque la mujer quiere dar una imagen más fuerte», dice. Ellas suelen ser quienes más compran, y quienes, además, llevan para todos. Los hombres, por su parte, reutilizan mucho más, dice Leticia Cochón, encargada de uno de los locales de venta de trajes medievales. Este año, los protagonistas están siendo los niños, que son los que más demanda registran. La dependienta de Tegal se ha mostrado sorprendida: «Es algo que me ha sorprendido, y llevo en este mundillo 20 años».