«Me duelen los ojos en O Areoso»

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido A ILLA / LA VOZ

AROUSA

El «instagramer» Plastic Terminator rema con su piragua desde A Illa hasta el islote y carga con los residuos de vuelta. Recuerda a Sísifo

28 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

No quiere que se sepa su nombre porque teme que algunos prejuicios que todavía acechan por doquier le acaben salpicando. Pero a Plastic Terminator le «dolían los ojos» cuando se acercaba con su piragua al islote de O Areoso y veía como los plásticos lo devoraban. Así que decidió ponerse manos a la obra. Lo hizo de las dos mejores formas que se pueden hacer a día de hoy: en primer lugar, y en lo que es la manera más importante, dedicándose a recoger los plásticos que se encontraba en el islote y llevándoselos a tierra para reciclarlos convenientemente. Y en segundo, contando sus peripecias a través de las redes para que a todo el mundo se le caiga la cara de vergüenza y comience a tomar medias. Instagram es su particular muro de las lamentaciones y lo cierto es que sus fotografías deberían provocar más de un lamento.

Plastic Terminator trabaja en el sector turístico, con lo que durante cuatro meses al año cuenta con el tiempo suficiente como para desplegarlo en alguna afición. A él le gusta la piragua y decidió utilizarla para conocer una ría de Arousa a la que le llegó hace solo unos años. Y comprobó, de primera mano, que todo eso que se cuenta de que los plásticos inundan las aguas es más que cierto. Así que decidió poner manos a la obra. Y optó por plasmarlo en las redes cuando tras asistir a un Fitur en el que el vídeo de Galicia tenía a O Areoso como protagonista vio que no habían colaborado en retirar basura del islote a pesar de contar con muchos medios.

No es O Areoso la única zona de la ría de Arousa que visita Plastic Terminator con su piragua. También acude con frecuencia al vecino Pedregoso, evidentemente, y por supuesto allí también se encuentra de todo. Y en el entorno de As Torres de Catoira, que le sorprendió negativamente. Su radio de acción, en definitiva, se centra en los lugares que no tienen fácil acceso desde tierra. Allí recoge, y carga con lo que puede en la piragua en su vuelta. Los residuos voluminosos los va apilando, a la espera, de momento infructuosa, de que alguien con mando en plaza decida enviar a alguien a recogerlos. Y agradece el apoyo, pero advierte: «No vale de nada guardar todos los residuos en una bolsa si luego la dejamos allí para que las mareas la devuelvan al mar».