Restaurar el cruceiro de Carril solo exigiría cuatro semanas de trabajo

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

La pieza, que Castelao incluyó entre sus cruces de pedra, es propiedad del Arzobispado

28 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Las penurias que el cruceiro de Carril arrastra desde mayo del 2010, cuando un vecino de Trabanca-Sardiñeira lo atacó con un puntal hasta conseguir estampar su capitel contra el suelo son conocidas. La necesidad de juzgar al tipo por un acto de vandalismo y la categoría de pruebas que adquirieron sus fragmentos supusieron un primer retraso a la hora de abordar su restauración. El caso es que M. D. T., el autor del destrozo, desfiló ante el juez cuatro años más tarde. Fue condenado a pagar una multa de quinientos euros y a desembolsar 1.200 euros más con los que sufragar la rehabilitación de la pieza.

No ha trascendido si el condenado cumplió o no lo que la sentencia le ordenaba. Pero poco importa, en realidad, ya que ese dinero solo hubiese cubierto una pequeña parte del importe necesario para devolverle al cruceiro una apariencia digna. En el 2015, un proyecto encargado a la oficina de rehabilitación por el departamento municipal de Urbanismo concluía que su coste ascendería a 7.500 euros. Nadie se puso manos a la obra, ni entonces ni en los cuatro años transcurridos, pese a que el mismo estudio indicaba que la intervención apenas requeriría un período de cuatro semanas para ser rematada.

Parece claro a quién le compete acabar con estos nueve años de descuido. El propietario del cruceiro es el Arzobispado de Santiago. No en vano, el proyecto que en su momento redactó Iria López Baltar, la técnica en restauración que asumió el cometido, tuvo que ser sometido no solo al visto bueno de la comisión territorial de Patrimonio, dependiente de la Consellería de Cultura, sino también al del responsable de arte sacro del cabildo compostelano.

En buena lógica, algo tendría que decir su representante en Carril, el cura José Antonio Ríos, párroco desde los años 60 del siglo pasado. Aunque al parecer se interesó por recuperar el proyecto de restauración a finales del año pasado, don José Antonio declinó explicar en qué punto están las cosas, a preguntas de esta redacción. Entretanto, los 25 pedazos de pequeño tamaño y los 15 fragmentos de mayor porte que se conservan de la cruz continúan almacenados en el interior de dos cajas de madera.