La oposición de Cambados le pone salario a la alcaldesa, que votó en contra de la propuesta

Rosa Estévez
r. estévez CAMBADOS / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

El PSOE denuncia una pinza PP-BNG para bloquear al gobierno

26 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Que el mandato no será fácil en Cambados era algo que estaba bastante claro desde la ruptura de las negociaciones para formalizar un gobierno tripartito. Pero, tras el pleno del miércoles, parece que además de compleja, la etapa que se acaba de abrir dará lugar a situaciones que rayan el surrealismo. Y es que en esa sesión la alcaldesa socialista, Fátima Abal, acabó votando en contra de una propuesta del PP que le ha fijado un suelo de 40.000 euros brutos anuales. Claro que tras esa extraña votación hay mucha historia.

El gobierno local, integrado por PSOE y Somos Cambados, hacía un segundo intento en el pleno por conseguir la aprobación de las concejalías liberadas. Tras el no dado por la oposición a su primera propuesta, el ejecutivo llegaba a la sesión con un planteamiento recortado. Según el mismo, la alcaldesa tendría una dedicación exclusiva por la que percibiría 42.400 euros. Además, se planteaban cuatro dedicaciones parciales, dos para los ediles de Somos Xurxo Charlín y Carolina Laya y otras dos para los socialistas Samuel Lago y Cruz Piñeiro. Estos percibirían 21.200 euros (2.600 menos que en la primera propuesta) por trabajar 20 horas semanales. Consideran los socialistas que «estas horas están por debaixo do mínimo imprescindible para poder realizar todas as xestións que o cargo require, pero o resto detraerémolo do noso tempo libre», narraban ayer los socialistas. A cambio, conformarían el gobierno más «barato» de la localidad.

Pero la propuesta no logró seducir a la oposición, para desesperación del gobierno. Fue el PP el que rompió la baraja de lo previsible al presentar una propuesta propia, en la que apostaba por conceder al gobierno una única liberación, la de la alcaldesa. Le establecía también un sueldo de 40.000 euros brutos anuales, una cantidad «inferior á que percibía Aragunde hai catro anos, e inferior á que percibía Víctor Caamaño hai apenas un mes», según los socialistas.

El portavoz del PP, Luis Aragunde, defendía ayer esa enmienda, que califica de «lóxica e responsable, e con sentido do municipio». Lo que no entiende Aragunde es que el PSOE votase contra esa alternativa, ni la postura «egoista e pouco solidaria» de Somos. «Creo que o goberno non entende que, con sete concelleiros, non pode facer o que lle dea a gana», concluía el portavoz popular.

Los siete votos del PP contaron con el respaldo de los otros grupos que están en la oposición. José Ramón Abal, el portavoz de Pode, considera justo que la alcaldesa cobre por su trabajo, y por eso no dudó en apoyar la iniciativa popular. «O que é inexplicable é o voto do PSOE, despois de todos os lamentos da alcaldesa porque ía ter que ir ao paro», dice. «Tampouco é que os demais compañeiros non vaian cobrar nada: entre comisións e plenos, van recibir uns 400 euros ao mes», argumenta.

Pero el voto que más parece haber dolido al gobierno es el del BNG. Los nacionalistas apoyaron la propuesta del PP. Y lo hicieron, indica Víctor Caamaño, «porque nós entendemos que a alcaldesa ten que ter un salario. E a partir de aí o demais hai que negocialo. Non se trata de baixar unha cantidade de euros, trátase de que, se estás en minoría, tes que negociar, falar». Caamaño descarta, por supuesto, la existencia de una pinza con el PP para bloquear al gobierno. Y es que desde el PSOE consideran que lo ocurrido fue «claramente unha manobra pactada para limpar a súa conciencia e aliviar a presión social á que están sometidos, especialmente o BNG».

Desde Somos Cambados, Tino Cordal entiende el voto de la alcaldesa contra su propio salario: «Quere ter un goberno con cohesión», y desentenderse de sus compañeros no marcaría un buen precedente. Cordal también lamentó la falta de coherencia de la oposición y recordó que este sería el gobierno que más barato le iba a salir a los vecinos. Unos vecinos que merecen tener unos concejales que dediquen el tiempo necesario a dirigir el pueblo.