Al quedarse el municipio por debajo de los 5.000 vecinos, Iglesias ha tenido que reajustar su salario
29 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.«O salario non é o máis importante». Carlos Iglesias, el alcalde socialista de A Illa, cobrará durante los próximos cuatro años 42.452 euros repartidos en catorce pagas. Son algo más de 2.000 euros menos de lo que percibía en el mandato anterior por su dedicación exclusiva al Concello. «Ao baixar de categoría por número de habitantes, a lei marca un tope diferente», dice Iglesias, que ha asumido el tijeretazo con naturalidad.
Su suelo fue uno de los asuntos que se abordaron en el pleno de coordinación que se celebró ayer. En la sesión se aprobó, también, reeditar las dos dedicaciones parciales de los dos tenientes de alcalde, Rosa Viana y Luis Arosa. Ambos percibirán anualmente 12.300 euros de las arcas municipales. No fueron estos los únicos números de los que se habló: las asistencias a pleno se remunerarán con 110 euros, y las asistencias a comisiones y juntas de gobierno con 70 euros.
La sesión sirvió, también, para anunciar el reparto de carteras del nuevo gobierno. El alcalde se encargará de Servizos Sociais, Urbanismo, Economía, Facenda e Contas. Rosa Viana, su segunda, llevará Cultura, Turismo y Deportes. A Luis Arosa le corresponderán Servicios, Traballo y Mar, mientras que Gaby von Hundelhausen seguirá con Medio Ambiente y Participación Cidadá. Alfonso Salgado será el responsable de Obras, Educación y Persoal, mientras que Salomé Franco será la delegada de Familia, Xuventude e Igualdade.
Como en todos los plenos de organización, en el de A Illa se procedió también a realizar el reparto de los puestos de representación del Concello en otros órganos. En el caso de la Mancomunidade, el PSOE tenía la posibilidad de colocar a un segundo vocal en ese pleno, ya que el alcalde es miembro nato del mismo. Sin embargo, y como ya es tradicional en A Illa, ese puesto fue cedido al BNG. Con esta formación existe muy buena sintonía. Tanta, que Carlos Iglesias les había llegado a proponer entrar en el gobierno pese a no necesitarlo, ya que goza de mayoría absoluta. El ofrecimiento no fue aceptado, pero sí la vocalía en O Salnés. Allí se sentará también un representante del Partido Popular.