Vilagarcía a tres voces en la recta final

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El debate entre los candidatos con representación reforzó a Alberto Varela, Suso López y Lucía César Veloso en sus respectivos mensajes electorales ante una ausencia, la de Alfonso Gallego, que no evitó las críticas al PP

23 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Las propuesta y los mensajes electorales son como los motores de un automóvil de último modelo. O las pones a prueba antes de sacarlas al mercado, o corres el riesgo de que te dejen tirado a medio camino. Cuatro de los candidatos que compiten por la alcaldía de Vilagarcía, aquellos que obtuvieron representación municipal hace cuatro años, tuvieron ayer la oportunidad de medir sus posiciones ante el público. Tres de ellos la aprovecharon. Alberto Varela, aspirante a la reelección por el PSOE, Suso López, cabeza de lista de Vilagarcía En Común, y Lucía César Veloso, número uno del BNG, participaron en el Salón García en el único debate abierto de esta campaña ante un centenar de personas. Alfonso González Gallego, presidente y cartel del Partido Popular, prefirió, en cambio, ausentarse, aduciendo para ello motivos de «agenda». Algo que no impidió que tanto su formación como la Autoridad Portuaria, de la que es director comercial, recibiesen las críticas de sus contrincantes, sin posibilidad de réplica por decisión propia.

Ante cualquier pulso de estas características, lo lógico es preguntarse quién ganó. Y podría decirse que los tres lo hicieron. Varela saltaba al ruedo con la intención de relatar cuatro años de mandato alejados de la crispación anterior, en los que Vilagarcía se movió hacia un futuro mejor. Lo consiguió sin que en ningún momento el ambiente le resultase adverso. Lo que no quiere decir que no recibiese también lo suyo. Suso López se propuso visibilizar a En Común como una alternativa centrada en la gente, capaz de poner en solfa las acciones del gobierno socialista sin perder de vista, por ello, que en cualquier momento la situación política puede exigir una colaboración entre ambos. Algo parecido sucedió con Lucía César Veloso, si bien el BNG zarpaba hacia el debate con otra necesidad importante: hacer ver que el apoyo prestado al PSOE desde el 2015 se debió a una reflexión sobre las necesidades de la ciudadanía, por encima de los intereses de partido, y marcar distancias con respecto a los socialistas.

El intercambio, en definitiva, reforzó a los tres candidatos en sus respectivas parcelas electorales. Claro que, más que hablar del futuro, el debate se prestó a hacerlo del pasado. Fue una especie de balance contable antes del nuevo ejercicio, en el que a Varela le reprocharon el incumplimiento de compromisos y el descuido de prioridades, mientras este replicaba con inversiones, explicaciones de la gestión y corrección de ciertos datos.

Cómo calificar un mandato

El mejor resumen de lo que se desarrolló en el Salón García se encuentra en los términos con los que los tres candidatos calificaron el mandato que acaba de concluir. La visión de Varela apunta a «tranquilidade e sensatez». La opinión de López se inclina por la «imposición e a falta de diálogo». César Veloso, por último, habla de «improvisación e maquillaxe». Cera, pero no en demasiado volumen. De hecho, probablemente el momento más tenso no lo protagonizaron, como pudiera pensarse, las críticas hacia el gobierno, sino un intercambio de golpes entre el BNG y En Común, cuando la candidata nacionalista reprochó a su oponente que llevase en su lista a una persona que se opuso al proyecto de compostaje colectivo, y Suso López replicó que los nacionalistas incluían en sus filas a alguien que tuvo mucho que ver con el decadente estado en el que ha caído el balneario.

Nadie quiere el hotel de O Ramal

Algunos mensajes del debate se dirigieron con claridad hacia Alfonso González Gallego. Para empezar, nadie quiere nada parecido al hotel de O Ramal en el que el PP y el Puerto llevan tiempo insistiendo. El tren -según López, «dous ferros que custaron case sete millóns»- no salió bien parado. Tampoco el propio aspirante conservador, ausente, al que Varela no se privó de recordar que la primera obligación de un candidato es dar la cara.