Quejas por el mal estado del gimnasio de Fontecarmoa

Rosa Estévez
r. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

M.R.

Los usuarios se concentraron ayer para mostrar su malestar; Ravella pide a la concesionaria que garantice el servicio

15 may 2019 . Actualizado a las 21:10 h.

Un gimnasio, una piscina y una zona spa. La oferta del conglomerado deportivo municipal de Fontecarmoa es, sobre el papel, irresistible para toda aquella persona interesada en mantenerse en forma. Sin embargo, la realidad no es tan bonita como parece. De hecho, las instalaciones del gimnasio arrastran tantas carencias que un buen puñado de usuarios se dieron cita a mediodía para denunciarlas. Querían mostrar su malestar por un proceso de deterioro que se inició hace ya tiempo, pero que parece haberse acelerado en los últimos meses. Sus quejas son claras: el gimnasio está dotado de máquinas «do século pasado, e tirando máis a mediados de século que a finais», según explicaba uno de ellos. Además de estar anticuadas, muchas están averiadas durante largas temporadas, lo que impide «realizar a actividade normal do ximnasio».

También hay quejas por la paulatina marcha de profesionales que llevan tiempo en las instalaciones, que son sustituidos por profesionales, dicen los usuarios, sin experiencia suficiente. En muchos casos, esa marcha «provocou que se suspendesen diversas actividades nas que xa estabamos inscritos. Isto se traduce nun servizo de inferior calidade».

Los usuarios aseguran haber trasladado sus quejas, varias veces, tanto a la concesionaria, Serviocio, como al Concello. Ni una ni otro, dicen, les han hecho caso, lo que se traduce en que algunos socios se hayan dado ya de baja.

Desde la concesionaria reconocen que «as máquinas das que dispomos non son o último modelo, son funcionais pero non o último modelo». Precisamente por eso, cuando se averían los plazos para arreglarlas pueden dilatarse. Pero Serviocio, dice, hace lo que puede en el contexto en el que está: pendiente de que salga el concurso para la concesión del servicio. La que ellos ostentan se agotó el 9 de marzo, tras cinco prórrogas. «Non podemos arriscarnos a facer unha inversión se saber se imos estar aquí seis meses ou seis anos», dice el gerente, Javier Magariños.

¿Y qué opina Ravella de todo esto? El concejal de Deportes se reunirá con la concesionaria para abordar un tema al que, aseguran, ya se estaba haciendo un seguimiento. El Concello instará a la concesionaria a que «garanta a concesión do servizo en condicións óptimas». Explican que el concurso se podría demorar aún un par de años, ya que se pretende sacar a licitación la explotación de las actuales instalaciones junto con la nueva piscina. «Aínda entendendo as reticencias de Serviocio, o servizo ten necesariamente que continuar prestándose nas mellores condicións». Y se encomienda a la profesionalidad de la empresa.