El fino equilibrista que llegó a Ravella por la izquierda

AROUSA

vitor mejuto

La campaña del 2007 le olía a triunfo al BNG

16 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Aquella campaña del 2007 le olía a triunfo al BNG. Los nacionalistas parecían llegar en un buen momento (con cuatro concejales en el zurrón desde el 2003), Javier Gago no optaba a la reelección y parecía que se podía producir un sorpasso del Bloque en Vilagarcía. Xosé Castro Ratón se movía perfectamente en esas aguas procelosas de la incógnita electoral. No estaba muy claro qué podía pasar con un Partido Popular que llegaba tocado ni con un PSOE preocupado ante la marcha de su líder. Con la experiencia suficiente como para no mojarse demasiado, ejerció de fino equilibrista durante aquellas semanas anteriores a las elecciones. «Está vostede preparado para gobernar?», le preguntaban. «Total e absolutamente. Aínda máis, tamén para calquera escenario que decidan os electores», contestaba, antes de apuntar que el BNG no tenía «teito».

Pero sí que lo tenía. Era el de las elecciones anteriores, porque en aquel mayo del 2007 el BNG se dejó un buen puñado de votos y, con ellos, un concejal. Y cobró sentido aquella extraña dosis de equilibrismo de la que hacía gala nuestro hombre y que no abandonó ni siquiera tras los resultados. Fueron semanas duras de negociaciones para formar gobierno, y Castro Ratón lanzaba un guante («quero a Esquerda Unida no goberno connosco e co Partido Socialista») que sabía que no le iban a recoger. Y así fue. Poco a poco demostró sus dotes de hábil negociador y consiguió participar en una coalición que devolvía al BNG al gobierno local catorce años después. «¿Vese vostede como concelleiro en cap?» le preguntábamos antes de los comicios. «Por respecto ao elector no respondería a esta pregunta», apuntaba. Pero sí que lo fue. Vaya si lo fue. Todavía se recuerda la cara que ponía algún que otro edil socialista cuando acudía a alguna asociación y le contestaban que estaba todo controlado, que el alcalde ya había ido por allí, cuando Dolores García era quien llevaba el bastón de mando. Con eso y con todo, no le fue mucho mejor al BNG en los comicios del 2011, pese a haber formado parte del gobierno, y poco después, en enero del 2012, Castro Ratón puso punto y final a su etapa como concejal tras doce años.