Los secuestradores de la mujer del Panadero se enfrentan a trece años de cárcel

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Disfrazados de guardias civiles, los individuos asaltaron su chalé de O Rial y ataron y encañonaron a sus dos víctimas para robarles y acabar quemando uno de sus Audi

18 abr 2019 . Actualizado a las 17:24 h.

De los tres acusados por el estrepitoso secuestro de la esposa de José Ramón Dorgambide, más conocido en el mundillo subterráneo como Panadero, solo dos se sentarán el martes en el banquillo de Audiencia Provincial de Pontevedra. Se trata de dos sujetos, uno de ellos oriundo de Salamanca, que en noviembre del 2013 se introdujeron en el chalé de O Rial en el que habitaba la mujer, disfrazados de guardias civiles. Tras maniatarla junto a una empleada del hogar, las trasladaron a ambas en un Audi hasta una nave abandonada, ubicada también en Vilagarcía, donde las ataron a una columna, las encañonaron y amenazaron con matarlas y descuartizar a la hija de la primera. Tras conseguir un botín de unos tres mil euros, los tipos huyeron a bordo de los dos Audi que se encontraban en el garaje de la vivienda. Uno de los vehículos apareció intacto en Rubiáns. El otro amaneció en llamas en una pista de Meis. Ahora, los dos se enfrentan a una petición de penas que oscilan entre los doce y los trece años de cárcel.

La Fiscalía considera que los acusados son culpables de sendos delitos de robo con intimidación, detención ilegal y daños. Además, se les reclama el dinero sustraído, una indemnización por tres relojes que se llevaron y no han sido recuperados, el valor del Audi que calcinaron y la cifra que se determine por los daños causados en el chalé y el garaje.

El relato de lo ocurrido pone los pelos de punta. Un individuo que no ha sido identificado tocó el timbre de la vivienda a las diez y media de la mañana del 20 de noviembre del 2013. En cuanto la primera víctima le abrió la puerta, sus dos compinches, ataviados como agentes de la Guardia Civil, afirmaron portar una citación para su hija y le pidieron su DNI. En cuanto ella se lo entregó, los tipos la arrojaron al interior de la casa y le anunciaron que la iban a detener. La empleada, que se hallaba en la cocina, corrió la misma suerte. Maniatadas con bridas, les colocaron sendos pasamontañas y las introdujeron en uno de los Audi para trasladarlas a la nave. Después de varias horas, consiguieron que les dijesen dónde guardaban cierta cantidad de dinero y joyas. Tras devolverlas al chalé, escaparon en los dos automóviles, amenazándolas de nuevo. El Panadero, al que se vincula con David Pérez Lago, cumplía condena por narcotráfico y blanqueo.

Los sujetos huyeron en dos Audi, uno de los cuales amaneció en llamas en una pista de Meis