Medio Ambiente descarta que el incendio en Impex afectase a la calidad del agua

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / AGENCIA

AROUSA

MARTINA MISER

La policía científica de Madrid investiga el origen de un fuego que obligará a demoler la nave en la que se declaró

08 abr 2019 . Actualizado a las 21:00 h.

Una vez controlado el incendio que el sábado se declaró en una de las cuatro naves que Impex Europa gestiona en el polígono de Trabanca-Badiña, tanto el Concello de Vilagarcía como la propia empresa subrayaron que las tareas de extinción se habían desarrollado bajo el control de técnicos de la Consellería de Medio Ambiente. Ayer fue el departamento autonómico el que confirmó no solo que el operativo había evolucionado bajo su inspección, a fin de reaccionar ante un virtual episodio contaminante, sino también que «non se produciu afectación á calidade da auga», a pesar del elevado volumen de líquido que los servicios de extinción tuvieron que emplear para sofocar las llamas.

La mayor parte del agua, ratifica la consellería, permaneció retenida en el interior de la nave, mientras que la restante se evaporó por efecto de las altísimas temperaturas derivadas del incendio. Medio Ambiente señala, además, que hasta Trabanca se trasladaron vehículos cisterna con los que recoger esa agua embalsada para su posterior procesamiento a través de una empresa especializada, al igual que el resto de los residuos que generó el voraz siniestro.

Aclarada la ausencia de contaminación, resta por establecer cómo se originó el incendio. En Vilagarcía se esperaba ayer la llegada de un equipo de la policía científica procedente de Madrid, que se hará cargo de las pesquisas. La hipótesis que de momento se maneja es la de un fallo eléctrico, tal vez una sobrecarga o un cortocircuito. En cualquier caso, a la vista de lo ocurrido, y pese a que la nave afectada tendrá que ser demolida, las cosas podrían haber ido mucho peor.

Impex explica que, aunque el almacén contenía cierta cantidad de productos, en realidad se encontraba vacío en buena medida, puesto que la compañía fabricante del célebre Ratibrom esperaba la llegada de mercancía. Tampoco las instalaciones resultaron destruidas al completo. La nave, que hace años pertenecía a la carpintería Caneda, se compone en realidad de dos secciones, separadas por una puerta ignífuga. La estructura se cerró automáticamente al detectar la presencia de humo, aislando la parte en llamas. En cuanto los bomberos, el servicio de Emerxencias e Protección Civil y el 112 acudieron a atajar el siniestro y comprobaron su magnitud, sus esfuerzos se orientaron a evitar que el fuego pudiese superar ese sistema de seguridad y extenderse al conjunto de las instalaciones, objetivo que consiguieron hacia la una y media de la tarde.

Impex quiere, por último, establecer una precisión: «Los productos con los que trabajamos están considerados nocivos, no tóxicos». La diferencia, en términos de salud ambiental, estriba en que los primeros pueden provocar daños en grandes cantidades, que acostumbran a ser reversibles; los segundos son más graves y a menudo irreversibles.

Cien mil euros para cámaras de seguridad y mejora del alumbrado

Una de las preguntas que se plantean los empresarios del polígono de Trabanca-Badiña, al hilo de lo ocurrido con la nave de Impex, es si la presencia del sistema de cámaras de vigilancia que el Concello de Vilagarcía instalará en el parque hubiese contribuido a detectar el incendio a tiempo de evitar que alcanzase el calibre destructor que acabó ganando. El proyecto responde a una demanda de los propios empresarios, que incluye también la potenciación del alumbrado público en el parque. Ravella anunció en febrero que destinaría a este cometido una partida de cien mil euros, que espera financiar en parte con fondos específicos de la Xunta. La mitad se empleará en el sistema de grabación de alta resolución; la otra servirá para renovar un centenar de puntos de luz.