La desaparición del pontevedrés Bernardo Villaverde Amil sienta a cuatro acusados en el banquillo

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

XOSÉ CASTRO

Entre los encausados está el cambadés Manuel S.F., Machucho

16 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La enigmática desaparición del pontevedrés José Bernardo Villaverde Amil, a quien se relacionó con el narco José Antonio Pouso Rivas, Pelopincho, llega este lunes a la Audiencia de Pontevedra. La Fiscalía Provincial solicita diez años de prisión por un supuesto delito de detención ilegal agravada para cada una de las cuatro personas que se sentarán en el banquillo de los acusados. La desaparición de Villaverde Amil y de Pelopincho se produjo apenas unos días después de que el Garbi III hubiese naufragado perdiendo parte del hachís que se sospecha alijaba.

La investigación por el secuestro de Pelopincho se archivó en 2014. No ocurrió lo mismo con la relativa al pontevedrés. El fiscal mantiene que, el 19 de noviembre del 2.010, los cuatro encausado se dirigieron al domicilio de este en Monte Porreiro. Se da la circunstancia de que coincidieron con la llegada de Villaverde Amil acompañado de su mujer.

En este punto, remarca que, en el momento en el que el matrimonio trata de introducir el coche en el garaje, el cambadés Manuel S. F., Machucho, se acercó y mantuvo una conversación con el pontevedrés al que ya conocía de antes. De este modo, este último, «confiado en tal vínculo y sin conocer sus verdaderas intenciones, se introducen en el coche de este y abandonan el domicilio».

Desde el ministerio público se mantiene la tesis de que, inmediatamente detrás de este coche, circulaba un segundo automóvil ocupado por varios hombres, entre ellos los acusados Fernando S. S., José Manuel F. T. y J. J. C. G. La acusación desveló que los sospechosos se habían reunido un día antes cerca de un hotel de Santiago para realizar los «preparativos para la captura y desaparición» de la víctima.

Las últimas noticias que se tienen de Bernardo Villaverde son de las dos de la tarde de aquel 19 de noviembre cuando habló con su mujer por teléfono. Le dijo que iba a llegar por la tarde.