«Lo razonable es que se tienda a que los patines circulen por zonas 30, carriles bici y poco más»

Serxio González Souto
s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

15 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Basta dar un corto paseo por Vilagarcía para comprobar que los célebres patinetes eléctricos se han convertido en una presencia constante. Los hay de todo tipo. Ligeros vehículos de menos de quince kilogramos y una velocidad que no supera los 20 kilómetros por hora, y verdaderas máquinas, que pesan como un ciclomotor y disponen de asiento. Parece razonable informarse con quien sabe de esto. Martín Paz vende esta clase de aparatos en su establecimiento, Marti Motos. «Es algo imparable», sostiene. Cinco minutos de conversación y en el local, que también funciona como taller, entra ya un usuario con su patín y su casco en la mano.

«Yo entiendo que lo razonable, y es lo que se está viendo en los fabricantes homologados, es que se tienda a que estos vehículos circulen por zonas 30, carriles bici y poco más. No tiene sentido que alguien lleve un patinete por la carretera de Rubiáns».

La lógica del mercado, insiste Martín, va por ahí. Pero eso no evita que en las calles sigan funcionando patines con asiento y prestaciones perfectamente equiparables a las de un ciclomotor. «La tendencia apunta a un vehículo sin asiento, con batería de litio, con dos velocidades y que, como mucho, pueda alcanzar los 30 kilómetros por hora. Pero, lógicamente, estamos hablando de gente joven, porque el usuario mayor pide un asiento».

Martín reconoce las dificultades para categorizar un tipo de vehículos que nacieron como juguetes pero ahora pueden ser auténticas balas, capaces de circular a cincuenta kilómetros por hora. «Una anécdota para que lo comprendas. Nosotros vendemos motos de cros sin matricular, cuyo uso se limita a circuitos cerrados. Si se te ocurre conducirlas por la calle estarás infringiendo la ley, porque son vehículos sin documentación. Sucede lo mismo con algunas bicicletas eléctricas y ahora con los patinetes de mayor potencia». Siguiendo el argumento, los mayores no deberían ni circular por la vía pública.

«No tiene sentido que alguien lleve un patín eléctrico por la carretera de Rubiáns»