Guardias entre toxos y silvas para rescatar a unos cachorros abandonados

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

En los últimos días, voluntarios del refugio han peinado el monte para rescatar a ocho canes de pocos meses

14 mar 2019 . Actualizado a las 21:20 h.

Desde hace un par de días, Ángeles tiene agujetas. Le duelen los músculos tras haberse pasado varias jornadas en el monte, rastreando entre toxos y silvas la pista de una camada de perros que alguien -alguien sin corazón- dejó abandonados a su suerte. A Ángeles le duelen los músculos y le duele el alma cada vez que se enfrenta a la barbarie humana, pero por suerte, el haber logrado rescatar a los tres animales le ayuda hasta a recuperar el humor: «Tenemos convalidada media operación bikini, de lo mucho que hemos andado».

La historia de estas guardias forestales arrancó el lunes, cuando recibieron el aviso de que había unos perros abandonados en el monte. Un grupo de voluntarios se dirigió al punto indicado y consiguió, ese mismo día, rescatar a una hembra. «Calculamos que tendrá unos tres meses y pesa unos seis kilos», cuenta Ángeles. Pero sus dos hermanos huyeron, espantados ante la presencia humana. En vez de dejarlos a su suerte, los voluntarios se organizaron en turnos y pasaron horas y más horas haciendo guardia, esperando a que los animales saliesen de los escondites en los que se habían ocultado, para poder llevárselos con ellos al refugio. A la segunda hembra de la camada la recogieron el martes. El macho consiguió zafarse hasta el miércoles. «Estaba tan asustado, que mordió al voluntario que consiguió cogerlo», cuenta Ángeles. Luego, al reencontrarse con sus hermanas en Pinar do Rei, los tres lo celebraron con besos y lametones y una alegría que compensaron las horas de búsqueda.

A su nueva casa no han llegado solos. Porque esta misma semana, mientras la búsqueda de los animales estaba activa, en el monte fueron encontrados otros cinco cachorrillos. En este caso, tres machos y dos hembras que pesan alrededor de dos kilos. «Tienen, también, unos tres meses, pero la diferencia de tamaño entre unos y otros es enorme», relata la responsable de la protectora de Vilagarcía.

Los miembros de estas dos familias de canes fueron encontrados «asustadísimos», hambrientos y delgados. «Lo peor es que parece que volvemos a estar en una racha mala. Habíamos tenido un principio de año bastante tranquilo, pero solo en lo que llevamos de mes de marzo han llegado veinte perros nuevos al refugio».

La unitaria de Bamio

Algunos de ellos son auténticos bebés que están siendo alimentados a biberón por una voluntaria, Olaia, que es profesora en la unitaria de Bamio. Sus alumnos le están echando una mano en el cuidado de estas delicadas criaturas, que han pasado del abandono a recibir un baño diario de amor infantil, que es el mejor de los amores.

Las instalaciones de Pinar do Rei vuelven a rozar los 200 inquilinos

La llegada de veinte nuevos perros al refugio de Pinar do Rei ha desbaratado las buenas perspectivas con las que la protectora había iniciado el año. En estos momentos, «volvemos a estar rozando los 200 perros», una cifra que se eleva por encima de la capacidad del refugio. Por eso, desde la protectora hacen un llamamiento a quienes tienen canes: «Que los esterilicen, por favor. Y en caso de que cometan un error y tengan una camada, que no la dejen abandonada». Hacen un segundo llamamiento, en este caso a quienes quieren que su familia crezca con un peludo. «Hay muchos perros que buscan un hogar» en Pinar do Rei, recuerdan. En ese sentido, cabe señalar que hasta una treintena de canes de la raza grifon han encontrado casa en el Reino Unido.