Sabarís subraya los avances sociales de los autónomos, pero echa en falta un modelo económico general
08 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Son la espina dorsal de la actividad económica de este país. La base sin la que difícilmente se levantaría el entramado laboral, no ya de la provincia de Pontevedra, sino de toda Galicia. Eduardo Abad Sabarís (Vilagarcía, 1972) conoce perfectamente un sector en muchas ocasiones difuso y difícil de conciliar, pero omnipresente, a cuya representación se ha consagrado desde que en el 2004 un puñado de profesionales constituyeron en la capital arousana una organización de carácter comarcal que poco después confluyó en la primera estructura provincial de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Tras desempeñar la secretaría xeral de Galicia y ocupar diferentes departamentos en su cúpula nacional, Sabarís accedió en el 2015 a la presidencia de UPTA en España. Aunque se muestra satisfecho con los avances que el estatus y los derechos de los profesionales por cuenta propia han experimentado a lo largo de todos estos años, una conversación con él resulta cualquier cosa menos complaciente. Su diagnóstico mueve a la reflexión: «El problema no solo de nuestra provincia, sino de toda Galicia, es que, a excepción de Vigo, falta músculo industrial que tire del consumo y del resto de los sectores».
Los datos de enero indican que Pontevedra arrancó el 2019 con 66.407 personas afiliadas al régimen especial de los trabajadores autónomos, medio millar menos que en enero del año anterior. «Esta caída se corresponde, fundamentalmente, con los autónomos del mundo del comercio y la hostelería. Es una situación que no es ajena a la que prevalece en toda España. A excepción de Madrid, Cataluña y pocas plazas más, que son núcleos de población capaces de absorber el déficit que se produce en el consumo, al resto nos golpea la crisis con toda su crudeza y no somos capaces de remontar.
Las principales comarcas de la provincia padecen este mal, advierte el presidente de UPTA, con la excepción ya señalada de Vigo, «que continúa siendo el paradigma del trabajo autónomo en cuanto a número y calidad». Deza, por ejemplo, «arrastra los problemas endémicos del agro, pero en Arousa, tan dependiente del mar, no tenemos industrias que superen los cincuenta trabajadores; esto tiene un reflejo directo en la estructura y calidad del empleo y nos condena a vivir del turismo y de los servicios. Tanto es así que incluso la conserva, que no hace tanto tiempo era una fuente fundamental de empleo, se escapa de nuestra provincia para instalarse en comarcas como Barbanza, y menos mal, o directamente Portugal».
Sabarís lamenta, en este sentido, la «escasa resolución de la Administración autonómica, pero también de los concellos, y su incapacidad de ofrecer alternativas y un modelo hacia el que dirigirnos». En su opinión, insiste, «falta industria que genere el valor añadido necesario para Pontevedra; falta un modelo que nos dé vías de continuidad a largo plazo, que recupere el mercado laboral, dé una oportunidad a nuestros jóvenes y fortalezca el consumo del que dependen el pequeño comercio y la hostelería».
El autónomo equilibrista
La cara de este fenómeno es la protección en materia social y laboral. Aquel viejo chiste del autónomo equilibrista, que si se caía perdía su puesto de trabajo, ha dejado de tener sentido. «Si ese equilibrista se cae, hoy es un accidente de trabajo. Te pongo otro ejemplo . Un taxista que antes sufría un choque tenía un accidente de tráfico; hoy es un accidente de trabajo». Sabarís resume el real decreto del 28 de diciembre: «Accidente laboral, enfermedad profesional, paro universal para los autónomos, formación y algo que se me metió entre ceja y ceja desde muy joven, que los autónomos en situación de baja por enfermedad no tengan que pagar injustamente su cuota a la Seguridad Social». En esta línea, garantiza, continuará trabajando UPTA: «Todos los agentes sociales tenemos que poner la proa hacia un sistema sostenible y justo; nosotros lo hacemos despacio, bien, razonando cada reivindicación, con sentidiño».
15
Años de historia
La estructura provincial de UPTA se crea en el 2007.
3.272
Miembros en la provincia
En el ámbito estatal, UPTA alcanza los 324.000 afiliados.