En la casa de Marcial Dorado solo viven gallinas

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Abandonada desde hace años, la reciente adquisición de Ravella dispone de una pequeña huerta en la que se crían pollos

05 mar 2024 . Actualizado a las 19:15 h.

No siempre una imagen vale más que mil palabras, aunque en este caso la contemplación de la huerta que rodea la Casa Jaureguizar, en pleno centro de Vilagarcía, sí encarna una perfecta alegoría del imperio truncado de Marcial Dorado. El hombre al que se atribuía una fortuna de veinte millones de euros, hasta que dio en prisión por sus vínculos con el narcotráfico y el blanqueo de dinero, poseía una pequeña mansión en la capital arousana a la que, sin embargo, apenas proporcionó algún tipo de utilidad. Tanto es así que hoy, tras largos años de abandono, los únicos habitantes de la propiedad son el grupo de gallinas que cría un vecino, a cuya presencia disuasoria (la del criador, claro está, no la de las aves) habrá que agradecerle que la vivienda no se haya convertido en un foco de calamidades.

El caso es que la Casa Jaureguizar obra ya en manos del Concello de Vilagarcía, tras la cesión que el jueves escenificaron los responsables del Plan Nacional sobre Drogas con su delegada, Azucena Martí, al frente. Ravella desembolsará 170.000 euros por ella, el precio por el que iba a salir a subasta junto al primero de los lotes en los que se distribuirán los 179 bienes embargados a Dorado. De acuerdo con un informe realizado a petición del organismo estatal, el precio en el mercado de este inmueble alcanzaría al menos los 212.000 euros, por lo que la capital arousana se ahorra, como mínimo, 42.000 euros al hacerse con la edificación y el solar sobre el que se levanta.

Una profunda rehabilitación

El prolongado abandono al que ha sido sometida la Casa Jaureguizar se ha cobrado su precio. La estructura se haya en buen estado, pero parte de su cubierta sufre importantes desprendimientos, por lo que será preciso practicar en ella una profunda labor de rehabilitación. El objetivo del Concello, explicitado ya en noviembre por el alcalde, el socialista Alberto Varela, es dar a la propiedad un uso social vinculado a las personas mayores.

Dependencias en las que desarrollar todo tipo de actividades no van a faltar. La planta baja, que se abre la huerta-jardín, consta de vestíbulo, cocina y varios espacios destinados a salones, despachos y comedores. El primer piso se distribuye entre un dormitorio principal con baño, cuatro dormitorios y un segundo aseo. Por fin, la buhardilla dispone de tres estancias y de un tercer baño. A partir de ahora comienza el trabajo y, si acaso, la conveniencia de despejar una modesta incógnita: el porvenir de las buenas de las gallinas.