Carril se rebela contra Portos por la falta de amarres en el puerto

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

La lonja amaneció ayer cubierta de pintadas denunciando un viejo problema

08 ene 2019 . Actualizado a las 20:55 h.

La lonja de Carril amaneció ayer cubierta de pintadas. En grandes letras negras, una mano había escrito durante la noche un mensaje claro, dirigido a Portos de Galicia. A ese departamento se le juzga «culpable» del «caos nos amarres» que se registra en los pantalanes. El autor del texto señala que los mariscadores, los parquistas y los valeiros que operan desde el puerto carrilexo llevan «anos esperando» por una ordenación que debería producirse, según el mensaje escrito en las paredes, «xa».

«A xente está farta». Con esta frase explica José Luis Villanueva, el patrón mayor carrilexo, el origen de las pintadas. Las descubrió, como el resto del pueblo, al romper el día. «Levamos moito tempo esperando a que Portos se tome en serio as necesidades de Carril». Al fin y al cabo, insiste, «somos o porto máis rentable da ría, e temos unhas instalacións terceiromundistas».

Desde Portos, ayer, prefirieron guardar silencio ante este nuevo estallido de enfado en Carril. No es la primera vez que los usuarios de este muelle dan cuenta de su malestar por el cúmulo de problemas que registra el puerto y, más concretamente, por la falta de amarres. Y es que aquí no hay espacio para toda la flota. ¿En qué se traduce eso? En que las plazas existentes no están adjudicadas a nadie: los que llegan antes atracan sin problemas. Los que llegan después, tienen que buscarse un sitio en el que poder dejar su embarcación segura.

Esa situación sería más que suficiente para explicar el enfado de los carrilexos. Y es que, según los datos que maneja la cofradía, en unos pantalanes en los que hay hueco para medio centenar de lanchas, deben encontrar acomodo un total de 216.

Este problema lleva planteado desde hace muchos años, sin que se le dé solución alguna. De hecho, en 2015 dos mariscadores protagonizaron un encierro en las oficinas de Portos, en Pontevedra, para denunciar que no tenían dónde colocar su lancha. Ya entonces, estos profesionales del raño verbalizaron otra parte del problema: al hecho de que hay pocas plazas se suma el de que muchas de ellas están ocupadas por embarcaciones que no deberían estar ahí y contra las que nadie toma medidas.

José Luis Villanueva es consciente de esta situación, que fue abordada en más de una ocasión con Portos. Pero aquellos encuentros no sirvieron de nada. El puerto sigue siendo pequeño, la reordenación sigue pendiente y las instalaciones acusan, cada vez más, el «abandono ao que nos teñen sometidos», en palabras del presidente del pósito carrilexo. Habrá que ver si las pintadas logran que las cosas cambien en el puerto. Y en la lonja, cuya ampliación también sigue pendiente.