Las vilagarcianas no pudieron llegar y el Cerdanyola aceptó cambiar la fecha del duelo
08 dic 2018 . Actualizado a las 18:46 h.A las diez de la mañana tendría que haber despegado desde el aeropuerto de Peinador el avión de la compañía Vueling que debía trasladar a la expedición del Cortegada hasta Barcelona. No lo hizo. El retraso se fue acumulando para desesperación de las vilagarcianas, que debían jugar a las cuatro de la tarde con el Cerdanyola y veían como el partido peligraba. La falta de información de la compañía aérea tampoco ayudaba y el propio Rubén Domínguez tuvo un intercambio de pareceres con el Comunnity Manager de Vueling a través de Twitter.
Mientras la espera se alargaba comenzaron las gestiones para intentar solventar el problema que se avecinaba. La primera dificultad era encontrar una pista donde jugar el encuentro más tarde, algo que finalmente fue imposible. Al Cortegada, además, se le complicaba el viaje de vuelta y la opción de tener quedarse a hacer noche en Barcelona cobraba cuerpo.
A la una de la tarde Vueling comenzó a llevar a los pasajeros del vuelo afectado desde Vigo al aeropuerto de Santiago, pero el Cortegada decidió quedarse en tierra. Ya no valía la pena viajar porque era imposible llegar a la hora del partido y tampoco aparecía una pista alternativa.
La última opción era que el Cerdanyola aceptase cambiar la fecha y no llevarse una agridulce victoria por incomparecencia. Y así fue. Ambas directivas se pusieron de acuerdo y la fecha elegida es el 3 de febrero. Una fecha que, de todas formas, podría cambiar todavía.
Es habitual que en los encuentros entre equipos gallegos y catalanes de la Liga Femenina 2 los equipos viajen en el mismo día para abaratar costes. De hecho, el partido del Cortegada del próximo sábado ante el Lima Horta se jugará en Fontecarmoa a las cuatro de la tarde por esta razón. Y el de vuelta contra el Cerdanyola, también.