La familia de la niña muerta en Vilanova dona sus órganos y dice que falló el asiento del coche

Bea Costa
Bea Costa VILANOVA / LA VOZ

AROUSA

OSCAR VíFER

Fue su propio padre el que sacó el cuerpo de la niña del coche tras el accidente. Asegura que iba bien sujeta y culpa de la tragedia a un fallo en el vehículo

28 sep 2018 . Actualizado a las 01:27 h.

La familia de Daniella Lorenzo Núñez despidió a su pequeña con un acto de generosidad. El brutal golpe que recibió en la cabeza como consecuencia del accidente de tráfico que sufrió el lunes por la mañana en una carretera de Vilanova de Arousa no dejaba ni un hilo para la esperanza, y sus padres decidieron que la muerte de su niña, de solo 3 años, no fuera en vano.

A última hora del lunes dieron su autorización a los médicos para iniciar el protocolo de donación de órganos. Aún no habían pasado 24 horas cuando el cuerpo de Daniella salía del tanatorio de Caleiro (Vilanova) en dirección a la iglesia parroquial y, de allí, al crematorio para su incineración. Son los días más aciagos para esta familia, que ayer, por boca de su abuelo, no escatimaba palabras de gratitud por todas las muestras de cariño recibidas en las últimas horas. De la familia, que es grande, de los amigos, que acudieron en masa a despedir a la pequeña, y de la corporación municipal, que el lunes guardó un minuto de silencio en señal de duelo por la trágica noticia que sacudió a este pueblo de diez mil habitantes.

Luis, el abuelo, se armó de valor ayer para coger el teléfono y hablar con La Voz para anunciar que están estudiando emprender medidas legales contra la compañía del coche, un Audi Q3, pues sospechan que el fuerte impacto que le provocó la muerte a Daniella pudo ser debido a un fallo en el asiento trasero en el que viajaba la pequeña. No en la sillita infantil, que como ya corroboró la Guardia Civil cumplía con todos los requisitos e iba bien colocada, sino en el asiento del coche, pues aseguran que se desplazó hacia delante en el momento del impacto cuando, según su versión, no tendría que haberlo hecho. «Comprouse un coche bo para evitar precisamente que pasasen estas cousas, e xa ves...», se lamentaba ayer el abuelo.

El padre de la niña, Óscar Lorenzo, también quiso aportar su punto de vista para incidir en que la silla de la niña iba correctamente colocada, tanto que tuvo que ser él quien la desenganchara, porque en el primer momento -él acudió enseguida al lugar del accidente porque vive cerca- ninguna de las personas que estaban allí se sentía capaz de realizar esta maniobra con las suficientes garantías.

De manera que le tocó a su padre pasar el trance de rescatar a su niña del interior del coche y sacarla a la carretera, con silla incluida para no moverla y evitar provocarle lesiones a mayores. Por eso, afirma, está tan seguro de que el cinturón, el Isofix y los demás anclajes de la silla funcionaron correctamente.

Su hipótesis es que Daniella se golpeó contra el respaldo del asiento delantero derecho, en cuyo reposacabezas había una pantalla de DVD, que la Guardia Civil pudo confundir con una tableta digital. La familia afirma que la niña no llevaba ningún dispositivo en la mano cuando el coche que conducía su madre se estrelló contra la parte trasera del autobús escolar. ¿Cómo es posible que siendo una colisión por alcance la madre, que conducía el coche, solo se haya roto un brazo y la niña acabara golpeándose contra el asiento de delante?, se preguntan en la casa de los Lorenzo.

Un deslumbramiento

La colisión, según asegura la madre, fue consecuencia de un deslumbramiento producido por el sol, que a esa hora de la mañana, en ese tramo de la PO-307, ciega a los conductores. Dicho esto, quieren que se aclaren otros aspectos relacionados con este suceso y esperan que la investigación que lleva a cabo la Guardia Civil de Tráfico sirva para ello.

A la espera de que llegue el dictamen de los peritos, en la familia solo caben la tristeza y el dolor. Su único consuelo es la hermana de Daniella, de 2 años.