Jéssica Bouzas corona su semana de regreso a las pistas ganando el Marbella Bowl

Ganar el primer torneo de un circuito mundial como el ITF Tennis Junior, antesala de la WTA, tras cuatro meses y medio sin competir está al alcance de pocos. Aún bajando escalones para retomar el vuelo sin turbulencias en la ascensión, abandonando temporalmente los escenarios de grado 1 y 2 -los de mayor nivel solo por debajo de los grand slams- por un grado 5 como el Marbella Bowl Sub-18. Jéssica Bouzas es una de esas tenistas capaces de conseguirlo. Alzándose ayer con el título individual femenino del torneo marbellí. En las pistas del Riviera Sport Club la alumna vilagarciana de la Academia Tenis Ferrer superó por 7-6(5) y 6-3 a la también española Alba Rey García, número 737 del ránking del ITF Tennis Junior.

Parada estos últimos cuatro meses y medio para, informaron a principios de semana desde su entorno, recuperarse de unas molestias en su hombro derecho y fortalecer la articulación con vistas a proseguir la hoja de ruta fijada por sus mentores en la Academia Tenis Ferrer, Jéssica Bouzas regresó mejor de lo que ella misma aguardaba, firmando su segundo triunfo en una final individual en el 2018 tras el que conseguía en marzo en el torneo de grado 2 de Vinarós. Un logro con el plus de no haber cedido un solo set en Marbella, algo que no le resultó fácil.

Así, Bouzas explicaba ayer que «la final fue dura», debiendo remontar un 5-3 y un 6-3 para llevarse 7-6 el primer set, en el que sin duda resultó todo un golpe psicológico para su rival.

Por todo lo anterior, no es de extrañar la evidente satisfacción de la vilagarciana cuando se le pregunta por su balance esta semana: «Me quedo súper contenta con lo que he hecho. Venía sin presión, con ganas de competir, y hacerlo sin dolor, de encontrarme bien conmigo misma; y al final además he ganado».

Con la confianza de lo hecho en Marbella, Jéssica iniciará en ocho días su próximo torneo, el Sánchez-Casal júnior, un grado 4.

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