Fernando Cobo:« Mientras haya embalse en Caldas habrá que sufrir las cianobacterias»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral CALDAS / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

El profesor subraya que la capa verde que se ve en la superficie de A Baxe se va a ir al fondo y se va a pudrir

19 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El biólogo Fernando Cobo Gradín (Santiago, 1960), que dirige la Estación de Hidrobioloxía Encoro do Con, dependiente de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), es un gran conocedor del río Umia. El profesor de Zoología y Antropología Física habla claro y sostiene que el embalse del Umia, en Caldas de Reis, seguirá sufriendo episodios de cianobacterias como el de este verano. Remacha que la eutrofización que tiñe sus aguas de verde tiene dos vertientes, la sanitaria y la ambiental, muchas veces la gran olvidada.

-La presa de A Baxe está en estado de alerta por cianobacterias desde el 6 de julio. ¿Es inevitable ver el embalse verde cada verano?

-Sí, prácticamente hay que resignarse. Desde que se construyó ese embalse, con la cantidad de fósforo y nitrógeno que había en el agua, era de esperar que se produzcan estos episodios de cianobacterias. Unos años se producirán con más virulencia, otros con menos, unos años más hacia unas épocas, otros más hacia el final del verano e incluso con dos períodos... Eso depende mucho de las condiciones climáticas y de la carga de nutrientes del embalse. Lo importante es tener un buen conocimiento de la dinámica.

-En el 2011 Augas de Galicia inició un tratamiento experimental con corteza de eucalipto siguiendo la experiencia de As Forcadas, en Ferrol. ¿Se consiguió algún avance al aplicar corteza de eucalipto a la lámina de agua?

-Ese sistema de mitigación con corteza de eucalipto es una patente de mi equipo de investigación. Los que hicimos el trabajo en As Forcadas fuimos nosotros, la Estación de Hidrobioloxía. Augas de Galicia puso a funcionar el sistema sin nuestro asesoramiento. Hizo licitaciones públicas, se las encargó a una empresa y empezaron con nuestros informes, pero no se pusieron en contacto con nosotros para la implantación de la patente. Cuando se pusieron en contacto conmigo en aquella época, recuerdo que yo estaba en Londres, les dije que tenían que tener mucho cuidado con los plazos y las dosis del tratamiento, y que eso no era más que una forma de mitigar el problema dependiendo cada año de la virulencia. Si un año iba a haber un bloom muy fuerte lo que se podría hacer es reducir la intensidad.

-¿No resulta extraño que siendo los titulares de la patente no hayan intervenido en el seguimiento del proceso?

-La información real, que mucha gente desconoce, es esa. Nosotros hicimos el trabajo de As Forcadas con subvención de Augas de Galicia y como resultado de ese trabajo se vio que el tratamiento era efectivo para mitigar el problema, para reducir la intensidad, no para eliminarlo. Esa reducción está cuantificada y demostrada en la patente.

-Visto desde fuera, ¿cree que se está haciendo de forma incorrecta ese tratamiento del que oficialmente no hay datos?

-No puedo decir eso porque no sé si se está haciendo bien o mal. Lo que sí sé es que es un proceso de eutrofización y que mientras haya embalse en Caldas habrá que sufrir las cianobacterias. Eso no se va a eliminar de ninguna manera, es como intentar eliminar las mareas rojas en la ría. Lo que hay que hacer es ser muy cuidadoso con el control limnológico del embalse y con la gestión, eso supone conocer pormenorizadamente a qué profundidades se desarrollan las células, como suben y bajan, y algo hecho por profesionales de la limnología, no por cualquier técnico que se acerque ahí y que haga un trabajo más o menos rutinario y con muy poca profundidad. Es un problema de gestión de la masa de agua.

-¿Decretar el estado de alerta del embalse, como hace Augas de Galicia, solo conlleva más controles del agua?

-Además de intensificar los controles, habría que limitar algunos usos y sobro todo, muy importante, controlar la producción de toxinas. Y lo que se está haciendo normalmente es contar el número de células y ver el nivel de clorofila. Pero no se está haciendo un análisis pormenorizado de las toxinas, el 60 % son tóxicos y uno que aparece como no tóxico puede desarrollar toxicidad posteriormente, y eso hay que controlarlo y vigilarlo muy bien para que la gestión sea eficiente, se ahorre dinero y se proteja a la población.

-La Administración insiste en que el abastecimiento a la población está garantizado y que no hay motivo para la alarma. ¿Está de acuerdo?

-Hay dos aspectos distintos del problema. Uno es el sanitario, de abastecimiento a la población, que está controlado porque lógicamente el agua se depura y no van a ser tan irresponsables de servir agua que no esté en condiciones, y el otro problema es el ambiental. Las cianobacterias generan un problema ambiental muy importante porque el embalse está eutrofizado y esa capa verde que vemos se va a ir al fondo y se va a pudrir. Las condiciones contaminantes del agua dañan el medio ambiente y van a salir por el río, donde también va a tener sus efectos.

-Un humano no, pero un animal puede beber esa agua. ¿Qué le puede pasar?

-Los animales, ya no domésticos, sino silvestres pueden ver limitada su supervivencia, su capacidad de reproducción, etcétera. En algunas ocasiones se atribuyen determinadas enfermedades bacterianas o víricas de animales silvestres a otros factores cuando la razón es que estaban abrevando de embalses con cianobacterias. El problema ambiental se olvida muchas veces.

«No soy ingeniero, pero supongo que demoler la presa será más barato que construirla»

Fernando Cobo, que es un estudioso del río Umia, lleva años defendiendo que el derribo de la presa es la solución.

-Usted afirma que la solución al problema del embalse de A Baxe es su demolición.

-Sí, claro, muerto el perro se acabó la rabia.

-¿Es factible demoler la presa?

-Se están demoliendo en el mundo presas mucho más grandes que esa. Hay todo un movimiento mundial en torno a eliminar las presas que ya no cumplen la función para la que fueron creadas o que generan problemas ambientales que son mayores que los beneficios que suministran. Hace por lo menos quince años que se está haciendo.

-A día de hoy, ¿para qué sirve el embalse del Umia?

-Para tener un aprovechamiento hidroeléctrico, nada más. No reduce el riesgo de inundaciones en Caldas como se hizo creer, cuando hay lluvias muy fuertes se producen igual porque además del Umia están el Bermaña y el Follente, que hacen que aumente el caudal y se desborde. Caldas está construido en el lecho de inundación del río, desde siempre, y eso no se va a eliminar. Y el suministro de agua al Salnés, precisamente cuando más demanda de agua hay, que es en verano, ese suministro necesita un sobrecoste en depuración. Por tanto, no cumple con las funciones por las que supuestamente se construyó el embalse.

-¿Cuánto podría costar demoler el embalse?

-Pues a lo mejor es más barato de lo que costó construirlo. No soy ingeniero de caminos, pero supongo que demolerlo será más barato que construirlo. Y después los beneficios que se obtienen tras su demolición son fáciles de calcular, con lo que se está gastando en depuración, mitigación, limitación de los usos, un economista podría calcularlo.

-Siempre se dice que el Umia es un río muy maltratado pero a la vez muy agradecido. ¿Cómo está hoy su salud?

-Mejoró mucho por la depuradora de Caldas y otras que se hicieron aguas abajo. Pero la presión ambiental del río es como una espada de Damocles, sobre todo en veranos muy secos. Ha mejorado mucho la situación y muy lentamente algunas especies se van recuperando del impacto que tuvo el vertido de Brenntag. La lamprea todavía no alcanzó los niveles que tenía antes y algunos invertebrados que eran frecuentes son todavía escasos. Lo que sí aparecen cada vez más son especies invasoras.