El asesinato del Lérez por un botín de 35 euros llega ante el jurado

Alfredo López Penide
l. penide PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

López Penide

La Fiscalía pide 28 años para los dos acusados de la muerte de Pilar Fernández en su casa de Ramallás

14 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas 35 euros. Ese fue el botín que en la madrugada del 30 de julio del 2016 lograron los ladrones que asaltaron la vivienda de Pilar Fernández Otero a la que causaron tales lesiones que, días más tarde, le ocasionaron la muerte. El próximo 25 de junio, los dos detenidos por este crimen, José Manuel González Cruz y Constante Sánchez Penelas, conocido por Tino o Chicano, se sentarán ante un tribunal popular en la Audiencia de Pontevedra.

A lo largo de tres días está previsto que se desarrolle esta vista oral en la que la fiscala del caso solicita para cada sospechoso un total de veintiocho años y medio de cárcel -veinte por asesinato, cinco por robo con violencia en casa habitada, y tres años y medio por un segundo delito de robo-, así como el pago de sendas multas de 1.620 euros por la sustracción de un vehículo y de 360 euros por un hurto. A mayores, y en cuanto a la responsabilidad civil, el ministerio público reseña que deben indemnizar a cada uno de los dos hijos de la fallecida con veinticinco mil euros, cantidad que eleva hasta los 35.352 euros en el caso del Sergas como consecuencia de la asistencia sanitaria que requirió la fallecida mientras permaneció hospitalizada en Montecelo.

En el seno de la Fiscalía tienen el convencimiento de que el crimen de la pontevedresa, que tenía 87 años, fue algo urdido previamente. No en vano, semanas antes del asalto de sus vivienda, uno de los encausados había trabajado en la construcción del cierre de la casa. Esto, presumiblemente, le habría facilitado el acceso al interior del inmueble, circunstancia que le permitiría conocer la distribución de las distintas dependencias del inmueble y de los objetos de valor que pudiera albergar.

De este modo, el 29 de julio, tanto la Policía Nacional como la Fiscalía sostienen que los dos encausados se desplazaron hasta este punto de la parroquia de Lérez. Mantienen la tesis de que, al tiempo que José Manuel entretenía a la fallecida en la entrada de la vivienda simulando ser un revisor del gas, Constante, supuestamente, esquivaba el cierre de la casa y accedía a su interior para sustraer diversas joyas, cuatro anillos y una pulsera de oro.

Sustracción de un coche

Se sospecha que en su desplazamiento pudieron haber sustraído un vehículo para desplazarse hasta Lérez. Al menos, así lo refiere el ministerio público al reseñar que, «con el ánimo de usarlo temporalmente, y tras violentar el cierre de la puerta delantera izquierda, se apoderaron del vehículo Opel Corsa (...) que su propietario había estacionado en la calle Alcalde García Filgueira».

En toco caso, los ladrones debieron considerar exiguo el botín obtenido en su primera incursión a la casa de Pilar Fernández, quien vivía sola después de haber enviudado. Conscientes de este hecho, horas más tarde, poco antes de las cinco menos cuarto de la madrugada, dos individuos con los rostros cubiertos con sendos trozos de tela asaltaron la propiedad.

La víctima, cogida totalmente desprevenida, no tuvo oportunidad alguna para defenderse, ni para contestar cuando le exigieron a gritos que revelase donde ocultaba el resto de objetos de valor. «La golpearon reiteradamente, principalmente, en tórax y abdomen sin importarles acabar con su vida», relata la fiscal,.

Consumado el robo, los asaltantes abandonaron a Pilar, que con dificultad, logró llegar hasta un teléfono. Falleció en el hospital el 10 de septiembre.