Cerca de cuarenta caballos han sido tiroteados o acuchillados a lo largo de la última década

l. p. CAMPO LAMEIRO / LA VOZ

AROUSA

GUARDIA CIVIL

Tras el tiroteo este fin de semana de tres equinos en la parroquia de San Isidro de Campo Lameiro, todas las alarmas han saltado en el sector caballar

20 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras el tiroteo este fin de semana de tres equinos en la parroquia de San Isidro de Campo Lameiro, todas las alarmas han saltado en el sector caballar. No en vano, en la última década, cerca de cuarenta animales han encontrado la muerte tiroteados o acuchillados en un pequeño espacio geográfico comprendido entre este municipio pontevedrés y el vecino Cuntis.

Estos violentos y brutales ataques se vinculan con la falta de pastos en el hábitat del ganado mostrenco, lo que les empuja a buscar alimentos en otras zonas. De hecho, en el pasado, esta situación ha derivado en conflictos con agricultores y comuneros que han visto como algunas de sus plantaciones quedaban arrasadas al paso de los equinos.

Lo cierto es que fue a mediados del 2008 cuando se produjo una de las agresiones más salvajes. Por entonces, siete hembras embarazadas y un garañón, todos propiedad de la asociación de la Rapa das Bestas de Sabucedo, fueron cosidos a cuchilladas en San Cristovo de Couso (Campo Lameiro). Un año después, otros ocho ejemplares eran abiertos en canal en Cimadevila a media que eran conducidos a través de un estrecho camino.

Pocos meses después, tres caballos fueron tiroteados en Saiar, en Caldas. Entonces su propietario apuntó directamente a los cazadores. Estos episodios se volvieron a partir de entonces más esporádicos, si bien volvieron a golpear de lleno a la opinión pública a mediados del 2012 después de que se hubieran hallado varias artes de caza ilegales en un monte de Cimadevila y, en sus proximidades, numerosos restos óseos de equinos salvajes. El número de los caballos no trascendió, pero distintas fuentes señalaron que se trataría de una cifra elevada, mientras la Guardia Civil vinculó estos hechos con una represalia agraria.