La pifia de Javi Pazos, una y no más

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Más allá del juego limpio, entrenador y director deportivo del Arousa subrayan el imperativo de no dar pie a hechos que mermen su corta plantilla

13 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Era un partido totalmente controlado, y una tontería te condiciona, porque nos condiciona mucho». Así se refería minutos después del contundente triunfo sobre el Boiro, 3-0, el entrenador del Arousa a la expulsión de Javi Pazos en el minuto 64 de partido; solo dos después de que hubiese cerrado el marcador con su segundo tanto de la tarde. Una patada desganada a Pibe cuando este procedía a sacar una falta desde la zona del lateral derecho del conjunto barbanzano, en la que pareció una respuesta instintiva a un pisotón previo, privará a Jorge Otero del pichichi de la Tercera para la visita de este sábado al antepenúltimo clasificado, el Barbadás. Pero quizá también para el choque de la próxima semana en A Lomba frente al hoy líder, Compostela, en tanto el acta arbitral dejó registrada la acción con el juego parado.

«Sempre hai que coidar esas cousas. E neste caso non ten sentido. Nun partido controlado como este, e cos futbolistas que temos no plantel, son situacións que temos que controlar», apunta Jorge Otero recordando el estado en el que ha quedado el Arousa tras no ser capaz de compensar el adiós de Suso Martínez y la salida por la puerta de atrás de Iago Beceiro en el mercado de invierno; debiendo encarar el grueso de la segunda vuelta de la Liga con solo dieciséis jugadores de campo, incluido el todavía juvenil Carlos Torrado.

En la misma línea se manifiesta el director deportivo del club arlequinado. Eduardo Carregal: «O problema que temos agora é cuantitativo, e está claro que toca xestionar moi ben o estado e a disponibilidade dos xogadores que temos». De ahí que no dude en verbalizar lo que a buen seguro la mayoría de los aficionados presentes el pasado domingo en A Lomba pensaron: «Javi comete un erro. E un erro gordo» con la patada que le costó la tarjeta roja. Una pifia que Carregal no comprende, más aún proviniendo de quién viene. «Non é habitual en Javi, é un xogador tranquilo. Co Boiro cos brazos caídos despois do 3-0, tel e co estamos nós -metidos de lleno en la pelea por clasificarse en la promoción- e o plantel, é inasumible. Pero», concluye, «somos persoas, e cometemos erros».

El Arousa tenía previsto presentar ayer ante la Real Federación Galega de Fútbol un recurso, con base videográfica, «a ver se podemos minorizar a sanción a Javi», informa Eduardo Carregal. El club argumenta que «na acta pon que lle dá unha patada ao rival á altura do xeonllo sen estar o balón en xogo. Pódenlle caer dous partidos. Nós apuntamos que o xogador do Boiro non dá mostras de dor, nin fai ningún espavento, e non perde a verticalidade».

Claro que no hay mal que por bien no venga. Lo hecho por el pichichi de la Liga no solo servirá a buen seguro de lección bien aprendida a Javi Pazos, sino a la totalidad de la plantilla. Con dos hombres del peso de Manu Justo y Sylla apercibidos de suspensión con cuatro tarjetas amarillas cada uno. El primero, a día de ayer con más probabilidades de no poder jugar tampoco este sábado en Barbadás que de saltar al campo, con su talón derecho todavía inflamado y produciéndole dolor a raíz del golpe que recibió el día 4 en la visita al Racing Vilalbés.

La necesidad de gestionar con cuidado la selecta pero corta plantilla arlequinada ha llevado a Jorge Otero a prescindir por segunda semana en un mes de la sesión del lunes, rebajando a tres los entrenamientos de preparación de la visita al Barbadás, este sábado a las cinco. «Somos poucos, e con golpes», explica el técnico, con Sergio Santos y Sylla los más tocados al margen de Manu Justo.