Una provincia con atractivo invernal

Alfredo López Penide
lópez penide PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

La comarca de O Salnés alcanzó durante el pasado mes de enero una ocupación hotelera del 41 %

06 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Pontevedra está de moda. Si el 2017 se cerró con cifras de récord a nivel turístico, el presente año va camino de romper estos registros. Aunque es pronto para disponer de una visión global de cómo puede evolucionar el 2018, lo cierto es que normalmente se cumple la máxima de que lo que bien empieza, bien acaba.

Y en el caso de la comarca de Pontevedra, esto se ha traducido en un incremento de seis puntos con respecto al mes de enero del 2017, de tal modo que la ocupación hotelera se situó en un 32 %. En el global de las Rías Baixas, la media se situó, precisamente, en este mismo porcentaje. Y eso, teniendo en cuenta que «o 30 % dos hoteis da provincia están pechados» en este período del año, remarcó Carmela Silva.

La presidenta de la Diputación destacó el hecho de que en O Deza se alcanzará el 50 % de ocupación, cinco puntos más que en el 2017, un hecho que «ten moito que ver coa desestacionalización. Temos que ser capaces de cubrir todo o territorio con visitantes nos doce meses do año».

En la comarca de Vigo se rondó el 46 %, mientras que en O Salnés se llegó hasta el 41 % y en Caldas y O Morrazo se situó en el 20 %, ocho puntos más que hace un año en el caso de esta última comarca.

Estos números ponen de manifiesto que Pontevedra ya no solo es un destino de sol y playa -«produto consolidado e moi potente», en palabras de Silva-, sino que, además, empieza a atraer a otro perfil de turista: «A xente móvese buscando cultura, buscando cousas diferentes, buscando sensacións, buscando soños que se poidan cumprir, buscando experiencias diferentes».

Público nacional

Ocho de cada diez visitantes proceden de otros puntos del territorio nacional -Madrid, Barcelona, Granada, Badajoz, Baleares y Ciudad Real-, mientras que, por parte de los extranjeros, mayoritariamente procedían de Portugal, pero también de Argentina, Brasil y Francia. Principalmente, se alojaron en hoteles durante estancias de cuatro a seis días, de tal modo que los principales motivos de su desplazamiento a Pontevedra son la cultura y el ocio.