Un parásito africano para salvar los cítricos de las Rías Baixas

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

ESTACION FITOPATOLOXICA DO AREEIRO

Areeiro y un centro de investigación de Valencia tratan de frenar el avance de la feroz plaga de la trioza

03 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pontevedra y Valencia impulsan, de forma coordinada, la lucha a medio plazo para frenar el avance de una nueva plaga, la Trioza erytreae, que afecta a los cítricos y puede servir de vehículo transmisor de una segunda plaga que acabaría matando. En el caso pontevedrés, los estudios los lleva a cabo la Estación Fitopatolóxica do Areeiro, que compartirá sus experiencias con los resultados que alcancen los científicos levantinos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (Ivia). La plaga de la trioza se ha extendido ya a la práctica totalidad de la provincia. Dozón, Rodeiro y A Golada son los únicos concellos que, a la altura del verano, estaban todavía libres de un avance que por ahora ha sido inexorable.

El director de O Areeiro, Pedro Mansilla, explicó que la trioza provoca «una malformación en la hoja», que afectada a limoneros, mandarinos y naranjos, entre otros, que «no realizan bien las funciones de la fotosíntesis y esto puede debilitar al árbol». Esta plaga transmite a las plantas otra enfermedad, causada por la bacteria Candidatus liberibacter africanus, que si apareciese en estos árboles provocaría su muerte. Mansilla precisa que no consta la existencia de esta bacteria en España, pero la trioza funciona como un «vector» que facilita su transmisión y, de ahí, la urgencia por evitar su expansión. «Esta bacteria puede causar la muerte de los árboles y no hay solución contra ella», incide. Por eso es prioritario el control de la plaga de trioza, a la vez que se buscan fórmulas para extirparla.

Esta enfermedad de los cítricos se detectó en Galicia en el 2014, en árboles de las comarcas de O Salnés y O Barbanza, lo que obligó a la Xunta a tomar medidas restrictivas sobre la comercialización y tratamiento fitopatológico de los árboles dañados. Desde esa fecha, no ha cesado de expandirse.

En el 2015 los tratamientos «foron enfocados a intentar erradicar a praga nas zonas máis afectadas», sostiene Medio Rural, que añade que ese año se trató a 3.023 árboles, con distintos productos. Pero la lucha contra la trioza a partir de productos químicos tiene una efectividad limitada. Por esta razón, es necesario buscar nuevos elementos y aquí es donde entran en juego O Areeiro y el Ivia. Las Administraciones gallega y valenciana han solicitado al Ministerio autorización para importar desde Sudáfrica de un organismo de control biológico, la Tamarixia dryi. Se trata de un parásito que pone coto a la trioza y, de esta forma, impide que pueda exponerse a los cítricos españoles a la acción letal de la bacteria Candidatus liberibacter africanus. Los agricultores tienen que armarse de paciencia, porque al menos harán falta un año y medio de pruebas.