La indignación ante una historia que se repite año tras año

a.g. / M.A. / m.s. VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

17 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

José Luis Pérez Estévez no podía ocultar su indignación en la mañana de ayer. Apenas unas horas más tarde de que comenzara el incendio en Armenteira, y todavía con la tierras humeando pese a la lluvia, no se cortaba. «Son unos auténticos terroristas», afirmaba. El alcalde no tenía dudas de que el incendio había sido intencionado y apuntaba a que había comenzado en una finca particular. Nada nuevo. Hace dos o tres años ya lo intentaron en el mismo lugar. Las características de Armenteira la convierten en una zona ideal para hacer daños. Cuanto más, mejor. En este caso, y según los cálculos del regidor, fueron alrededor de cincuenta hectáreas las que se quemaron. El fuego que comenzó en Saiar, amenazó varias casa en Catoira y llegó hasta Valga consumió un millar de hectáreas. También fue la crónica de una historia conocida. Comenzó donde siempre y solo el viento decidió que en lugar de acabar en Castroagudín lo hiciera en Catoira. Idéntico drama. El trabajo de los efectivos de Protección Civil e Emerxencias de Vilagarcía en este incendio, al igual que en el de Mos, a donde se habían desplazado durante la tarde, mereció el aplauso público del Concello de Vilagarcía: «O goberno local felicita publicamente aos traballadores do servizo municipal de emerxencias e protección civil e a os voluntarios da agrupación local de Protección Civil que onte, diante da nova vaga de incendios, volveron a demostrar a súa profesionalidade e mesmo solidariedade».