El nuevo mapa sanitario de la Xunta causa estupor en Arousa

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

La oposición sostiene que consagrará la dependencia de O Salnés respecto a Pontevedra. La junta de personal celebrará el lunes una reunión de urgencia para analizar el texto

04 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Diario Oficial de Galicia publicó el miércoles el anteproyecto de ley que modificará la actual Lei de Saúde de Galicia. El texto ha sobresaltado tanto a las filas de la oposición como al personal sanitario, que no acaban de creerse que el gobierno gallego haya elegido el mes de agosto para iniciar la tramitación del que consideran el segundo paso en la gran reestructuración del sistema sanitario gallego que se inició en 2010, con la creación de las áreas de gestión integrada.

Comencemos por las reacciones políticas de proximidad. Desde las filas del PSOE y del BNG tienen claro que el nuevo mapa esbozado por la Xunta pretende hacer pivotar el sistema sanitario gallego alrededor de los siete grandes hospitales de la comunidad, convirtiendo centros comarcales como el de O Salnés en meras sucursales, en simples «ambulatorios grandes». Recuerda la nacionalista Montse Prado que las instalaciones de Rubiáns ya se parecen mucho a eso, a un centro de salud más grande de lo normal, ya que a lo largo de los últimos años, desde su inclusión en la EOXI Pontevedra-O Salnés, ha ido perdiendo personalidad y servicios. «Este anteproyecto continúa en esa senda, dándole además cobertura legal, de tal forma que no podamos defendernos», apunta también el socialista Julio Torrado.

Según el nuevo mapa, O Salnés pasaría a convertirse en un distrito dependiente del área sanitaria pontevedresa, un cambio de nombres que no tendría, dice el gobierno gallego, repercusión práctica. Desde la oposición dibujan una situación diferente. Ese cambio de nombres supondría dar rango de ley a un modelo de concentración sanitaria que ya ha empezado a implantarse -ahí están las áreas de gestión integradas- y que ha demostrado «que non funciona», según el BNG.

Otra vuelta de tuerca

Desde las filas nacionalistas, Montse Prado alerta de que el nuevo texto señala que la prestación de servicios sanitarios dejará de responder «ás necesidades sanitarias da poboación», como dice la ley en vigor, para fijarse «tendo en conta os recursos sanitarios existentes», lo que supone dar cobertura «aos recortes e a que os servizos estean cada vez máis lonxe da poboación». Esa mayor distancia entre la administración sanitaria y los ciudadanos se plasmaría, también, en la desaparición de los consellos sanitarios. En resumidas cuentas, el nuevo texto acabaría de diluir O Salnés en el área de Pontevedra, perdiendo completamente su autonomía y convirtiéndose «nun apéndice» sin capacidad de decisión.

Julio Torrado utiliza otra expresión: el hospital comarcal acabará convertido, dice, en «una delegación» de Pontevedra. «El personal pasaría a ser de Pontevedra y podría tener que trasladarse de un lado a otro; dejaríamos de tener servicios mínimos como hospital, perderíamos la posibilidad de recuperar la gestión de atención primaria, y en algunas especialidades que aún hay aquí, podríamos tener que ir a pasar a consulta a Pontevedra», dice el diputado socialista.

Tanto su grupo como el BNG han anunciado ya que darán la batalla contra un anteproyecto que, por lo demás, deja numerosas cuestiones en manos del Consello de la Xunta, ya que su desarrollo se aplaza y se resuelve a través de decretos ley que podrían deparar aún nuevas sorpresas para O Salnés y el resto de hospitales comarcales gallegos.

La junta de personal celebra el lunes una reunión de urgencia para analizar el texto

En la voz de Rosa Casal, la presidenta de la junta de personal del Hospital do Salnés, sonaban ayer ecos de la sorpresa provocada por el anteproyecto publicado en el DOG del miércoles. «Nos ha pillado completamente por sorpresa», dice. Y suscribe las palabras de quienes afirman que la Xunta ha intentado colar «por la puerta de atrás» el texto. «Publican esto sin avisar a nadie, en un mes en el que hay mucha gente de vacaciones, y dando quince días de plazo para presentar alegaciones o propuestas... En ese tiempo, y con varios festivos por el medio, apenas da tiempo a pensar qué vamos a sugerir». Esto, sumado al hecho de que el anteproyecto aplace muchas decisiones, que quedan pendientes de decretos del consello de la Xunta, hace que todo resulte «moi opaco».

La junta de personal ha decidido darse unos días para leer detenidamente el documento y analizarlo en detalle. El lunes mantendrán una reunión de urgencia para abordar esta cuestión, fijar una postura y diseñar una estrategia. A falta de esa lectura en profundidad, los representantes de los trabajadores consideran que en el nuevo escenario «O Salnés, que ya perdió especialidades que antes teníamos aquí, si se transforma en un distrito acabará perdiendo más servicios aún. Y otro tanto pasará con la atención primaria, que no ha dejado de perder peso. Para mí y para los compañeros con los que he hablado, este es un nuevo paso en el desmantelamiento de la sanidad pública». Un proceso que, señalan, «se está haciendo poco a poco, para que no nos demos cuenta».