En cualquier caso, y para evitar cualquier tipo de alarma injustificada, conviene resaltar que las especies que por el momento están apareciendo en las aguas de las rías gallegas, aunque invasoras, no son peligrosas para la fauna local. Consumen el mismo alimento que los nativos, cierto es, pero si algo tiene la ría de Arousa es capacidad para alimentar a una cantidad ingente de especies. Incluso pueden llegar a convertirse en un recurso más. Sucede por ejemplo con el pez ballesta, cuya primera presencia se documentó a mediados del siglo pasado en Galicia y que ahora ya aparece con asiduidad en las lonjas.
Los turistas de las aguas no producen, por lo tanto, mayores problemas. Ricardo González ha llegado a ver hasta algún mero mediterráneo. El pez limón ya es un conocido más. Al principio los pescaban por ser una novedad, pero ahora, «los ves pasar y ya ni los coges», afirma.