«Nos hemos ganado ser terceros con nuestro baloncesto. Y ahora tenemos que ir a jugar sin renunciar a nada, como hemos hecho todo el año». Todavía falta un mes para la gran cita, pero Rubén Domínguez lanzaba ayer ya su declaración de intenciones: «A una fase de ascenso se va a ascender, no a mirar. Y a eso iremos a León».
Tras una larga espera de cinco años para un equipo de la historia y la entidad de la Agrupación Deportiva Cortegada en el baloncesto femenino español, y cuatro años más tarde de aquel último título de LF2 en el que tocó renunciar a pelear por el regreso a la Liga Femenina por la espantada del entonces patrocinador del club, The Feel, el conjunto vilagarciano quiere aprovechar la oportunidad.
Antes tocará cubrir las dos jornadas de fase regular que quedan por delante. Con dos compromisos de lo más exigentes. Este sábado, en la cancha de un GDKO Ibaizabal que se juega participar también en la pelea final por el salto a la Liga Femenina. Y en la última jornada, en el Pabellón Municipal de Fontecarmoa, ante un Aros Patatas Hijolusa que podría tener que asegurar todavía el título, con el Cortegada por lógica sin demasiado interés en mostrar las cartas que le de tiempo de esconder bajo las mangas.
Al respecto, Rubén apunta que «no tiene sentido cambiar nada a nivel físico de cara a la fase. No podemos relajarnos, ni tampoco hacer un trabajo específico en este momento, porque estamos bien, y no tiene sentido». Pero sí «pulir el trabajo táctico, para llegar con las mejores sensaciones».
El entrenador del Cortegada se felicitaba ayer por la elección de León como sede. Más que por su equipo, «por nuestros aficionados, que tendrán más fácil poder venir a vernos y apoyarnos».