Hermanos solo fuera del vestuario

AROUSA

RAMON LEIRO

Nel, entrenador, y el ariete Diego Blanco viven este año una nueva etapa juntos en el Unión Grove

09 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Para los hermanos Nel y Diego Blanco compartir vestuario no es nuevo, puesto que lo hicieron durante varios años en el Sanxenxo, equipo de su villa natal. Hace dos temporadas separaron sus caminos, lo que les llevó a enfrentarse como rivales hasta que a final del curso pasado, con Diego en el Vilalonga y Nel ya en el Unión Grove, este último, el mayor de los dos, decidió colgar las botas con 39 años. Y entonces llegó la propuesta de la directiva grovense de hacerse cargo del equipo, decidiendo llevarse consigo a un delantero al que conoce como nadie.

La experiencia, en todo caso, no es nueva para un Nel que, durante su periplo por equipos de toda España fue sacándose los títulos de entrenador de los diferentes niveles, al tiempo que dirigía a equipos de las categorías inferiores. Aunque sí lo es con un equipo sénior en el que reconoce que la tarea tiene sus dificultades. «Desde fuera, cuando eres jugador, no eres consciente de todos los problemas a los que se enfrenta el entrenador, que no es una labor fácil», admite.

Pero si ya de por sí gestionar un vestuario no es sencillo, hacerlo con tu hermano dentro de la plantilla lo puede complicar todavía más. Aunque, para evitarlo, Nel explica que «cuando estamos entrenando o jugando, para mí no es mi hermano sino Diego Blanco, uno más». Una afirmación que Diego corrobora sin ambages. «Me exige cuando me tiene que exigir, pero también me da manga ancha. Aunque la misma que me dieron antes otros entrenadores, ¿eh?», apunta el delantero.

Pero si difícil es para Nel, el papel de hermano del entrenador tampoco es fácil para Diego ante sus compañeros. Aunque, a sus 37 años, lo cierto es que no le supone un problema. «Alguna parvada siempre hay. Y cuando me las sueltan, yo aprovecho y les respondo que, como se pasen, se lo digo a mi hermano», bromea.

A la hora de definir a Nel como entrenador, Diego cree que todavía es pronto para hacerlo. «Se está adaptando a los jugadores, y estamos haciendo un juego muy vertical con rapidez en las bandas, centro y remate», resume. Una valoración con la que coincide, en esencia, su hermano. «A cualquiera le gusta que su equipo juegue bien», admite Nel. «Pero un buen entrenador es el que sabe adaptarse a lo que tiene -prosigue-. Si yo llego a un equipo y quiero jugar al estilo de Guardiola, que es la moda de ahora, y no tengo jugadores para ello, no puedo hacerlo», añade. Aunque, lo que sí tiene ya bien definido es el carácter como entrenador. «La verdad es que no le ha costado ponerse en el papel porque tiene un pronto importante. Cuando le dan arroutadas tiene bastante mala leche», explica Diego.

Centrándose en la marcha del equipo, que tras un mal inicio ya es séptimo con cuarenta puntos a falta de once jornadas, Nel justifica la mejoría señalando que, tras una pretemporada que no fue la idónea por diversas circunstancias, «la gente que fichamos en diciembre nos está permitiendo tener más competitividad dentro de la plantilla, y eso se está notando». Por ello, aunque admiten que alcanzar al terceto de cabeza será difícil, Nel reconoce que «no vamos a renunciar a nada, aunque lo primero es llegar a los 45 puntos cuanto antes». Una idea con la que coincide su hermano. «Sería bonito pelear por la cuarta plaza. Seguramente no sirva para nada, pero debemos intentarlo», apunta Diego.