Ademar Silvoso acumula en su currículo trabajos en televisión, publicidad, cortometrajes, videoclips y teatro. Actualmente tiene entre manos cuatro montajes de otras tantas compañías; tan pronto se lanza con el Caramushow, como se retrotrae a la batalla de Rande de 1702, se sube al escenario con Os tres porquiños o se sumerge en el universo de la papiroflexia rodeado de niños. El teatro es lo que más le atrae, pero toca todos los palos. En televisión viene de trabajar en series como Serramoura y El final del Camino; en esta última, Ademar debutó como actor especialista de modo que tuvo que adquirir habilidades en el manejo de la espada y el arco en solo dos semanas para poder recrear las contiendas habidas en la Compostela del medievo. Mató y murió más que nunca, cuenta, y se lo pasó bien, más allá de algún golpe por una mala caída. En esto del espectáculo hay que ser un todo terreno, y al cambadés, ahora, le toca «un regalo».
En mayo comienza los ensayos con Nove de novembro, en agosto arrancará el rodaje en A Coruña y, salvo sorpresas, a principios del 2018 se estrenará la película bajo la dirección de Lázaro Louzao. «No equipo imos todos no mesmo rumbo e a xente está moi pendente de nós, nos Mestre Mateo non facían máis que preguntarnos polo filme».