El Hospital do Salnés recupera la normalidad tras el problema de goteras

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Unas obras realizadas ayer permiten que el servicio de Esterilización vuelva a Ande

07 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Según el Sergas, la situación en el Hospital do Salnés «está estabilizada» tras los problemas vividos el viernes, cuando varias goteras obligaron al personal del centro de Rubiáns a colocar sábanas y empapadores en los suelos de varios pasillos para evitar resbalones y accidentes debidos a la humedad. En el paquete de medidas urgentes adoptadas a raíz de aquella incidencia, figuraba el traslado temporal a Pontevedra del servicio de Esterilización, un departamento en el que el agua también se había colado. Parece que el ostracismo de este departamento ha terminado. Ayer por la mañana, según informa el Sergas, se colocaron módulos de pladur en esa sala «y se ha efectuado una nueva limpieza general» de ese espacio. Tras todo ello, «el servicio de Medicina Preventiva ha supervisado la zona intervenida y ha autorizado la reubicación de la actividad de Esterilización de nuevo en el hospital», según explican desde la Xunta.

Aunque la normalidad parece haber vuelto al centro de Ande, aún quedan pendientes otras actuaciones antes de poder olvidar por completo el problema de las goteras. Tal y como explicó el Sergas hace unos días, desde el primer momento la dirección de la EOXI «se puxo en contacto coa empresa adxudicataria das obras de ampliación», a fin de que realizase una «supervisión técnica» de la estructura afectada por las filtraciones de agua. Estas coincidieron, señaló el Sergas, «coa construcción da segunda placa na cuberta da zona de obras da terceira fase de ampliación do Hospital do Salnés».

Para solventar esa incidencia, está previsto que mañana mismo la empresa proceda al hormigonado de la zona donde se produjeron más filtraciones, de forma que esta quede «completamente impermeabilizada», según recalcaban ayer desde la EOXI Pontevedra-Salnés.

Críticas

Aunque las goteras no llegaron a alterar la agenda asistencial del hospital de Rubiáns, tal y como indicaron desde un primer momento tanto profesionales médicos como la Administración, el episodio registrado el pasado viernes derivó en numerosas críticas. Las más duras fueron las lanzadas desde el sindicato nacionalista CIG, que calificó lo ocurrido en el centro de Ande como un ejemplo del «terceiro mundo en Galicia».