Una entidad vecinal evita el corte de luz a una vecina con escasos ingresos

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

AROUSA

Sobrevive con una pensión de viudedad de Uruguay y alimentos que le facilita Cáritas

10 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La compañía eléctrica tenía previsto cortar el suministro a la vivienda de Lilian Silveira, de 58 años, y sus dos hijos, el día 7. El impago de tres recibos, 141 euros en total, motivó esta drástica decisión ante la que nada podía hacer.

Hace algo más de una década que esta familia regresó de Uruguay y ahora percibe una pensión de viudedad de unos 500 euros, aunque la cifra no es fija y depende del cambio del peso con el euro en cada momento. «A veces son 530 euros y en otras épocas no llega a 500. Con este dinero tengo que hacer frente de manera prioritaria al pago del alquiler, 390 euros, y con lo poco que queda no podemos subsistir», reconoció ayer la afectada.

Se trata de una situación de escasez que soporta desde hace unos meses, concretamente desde que en abril perdió su empleo. Mientras pudo trabajar como empleada de hogar, el salario más la pensión le permitían salir adelante. Ahora, malamente sobrevive con ayuda de Cáritas, que le facilita alimentos y ayudas para medicinas, y aún así ha estado a punto de quedarse sin luz.

Aunque reside en Sanjurjo Badía, tuvo la suerte de que su caso llegara a oídos de la asociación de vecinos de San Xoán Poulo, que preside Víctor Manuel Fernández. Esta entidad puso en marcha en octubre una iniciativa modesta, Recolle e Entrega, por la que los vecinos que lo desean hacen aportaciones económicas para personas con necesidades. De esta forma, la asociación ha podido solucionar el problema puntual de estos recibos, pagándolos, aunque puede repetirse si no logra ayuda de las administraciones o encuentra un empleo.

Por este motivo, María Pérez, presidenta de la Federación Vecinal, y el de San Xoán Poulo comparecieron ayer con Lilian para dar a conocer su caso. «Algo grave está pasando en la ciudad cuando a personas sin ingresos suficientes para vivir se les corta la luz», protestó Pérez, quien se muestra partidaria de que cuando sucede se visibilicen para que la sociedad tome conciencia. «Algo hay que hacer y ya vemos que por parte de las administraciones no se está mucho por la labor», opina Fernández.

Por su parte, la afectada está muy quejosa por el hecho de que en su actividad laboral, el trabajo en el hogar, no exista subsidio de desempleo. «Yo trato de hablar con las trabajadoras sociales del Concello, pero me deniegan las ayudas por la pensión de viudedad de Uruguay. Dicen que sobrepaso lo ingresos, pero es un dinero que viene del exterior y que a mi familia no nos llega para vivir. ¿Qué quieren que haga?», se pregunta. Y con sus hijos y ella misma desempleada sabe que sigue el borde del precipicio. «Pero una cosa tengo claro: lo primero pagar el alquiler», señala. Quiere evitar a toda costa quedarse en la calle. Respecto a conseguir un empleo, su estado de salud se lo pone difícil, aunque gracias a Cáritas tiene acceso a especialistas.

La concejala Isaura Abelairas afirmó ayer que Lilian no acudió a varias citas que tenía concertadas en Servicios Sociales.

Lilian Silveira solicitó el pasado mes de junio el cheque social del Concello, que concede ayudas para pago de alquiler, recibos de energía y alimentos. Sin embargo, al ofrecer los datos de abril, cuando todavía trabajaba, superaba el tope de ingresos establecido por el Concello, por lo que le fue denegado. «Para mí esto es muy difícil, no estoy acostumbrada a pedir, siempre he trabajado», explica apesadumbrada. Los dirigentes vecinales opinan que el Concello debería modificar las bases del cheque social: «1.200 personas no lo han conseguido por superar los ingresos, y a la vista de este caso parece obvio que deben cambiarlo». Desde el Concello se recuerda que se han concedido 2.000 ayudas y que Lilian tiene «abierta» la puerta de los servicios de emergencia.