Maleza, sedimentos y plantas invasoras que esconden el Umia

Cristina Barral Diéguez
cristina barral CALDAS / LA VOZ

AROUSA

RAMÓN LEIRO

Vecinos de Caldas y clubes deportivos alertan del mal estado del cauce y piden una actuación urgente a las Administraciones

06 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un mensaje en forma de pancarta casera cuelga del puente de la Herrería: «Caldas SOS Umia. Os peces en este río no beberán esta Navidad (sic)». La visión que ofrece el Umia desde el puente de la Herrería, en el casco urbano de Caldas de Reis, invita a la reflexión. Para muchos vecinos también a la preocupación. El estado del cauce, comido literalmente en algunos tramos por la vegetación, no es nuevo. Ya ocurrió el pasado año y vuelve a suceder este 2016 que quema su último mes. Pero la situación es ahora si cabe más alarmante por la escasez de lluvias.

Dos vecinos de la localidad, Carmelo Goldar y Xosé Piñeiro, acaban de entregar en Augas de Galicia un total de 822 firmas para que se actúe «de inmediato». En el 2015 habían sido 756 los apoyos recabados. Los residentes aseguran estar hartos del cruce de acusaciones entre el Concello y la Xunta sobre quién tiene las competencias. Y exigen hechos, no más promesas.

La maleza, de más de metro y medio de alto en algunas zonas, y la propia sedimentación natural hacen que prácticamente desaparezca el canal por el que tiene que discurrir libremente el agua. «A visión do río neste tramo é verdadeiramente penosa, cos conseguintes prexuízos para a flora e a fauna deste contorno fluvial», dicen los impulsores de la recogida de firmas.

La presencia de varias especies invasoras sobre la lámina de agua y de algas complica todavía más la situación. Uno de los perjudicados es el Club Náutico Umia de kayak polo. «Desde que abrieron las chorreras nos afecta porque no hay agua y vuelve a haber algas», comenta un jugador.

Desde el Ayuntamiento de Caldas insisten en que la competencia para limpiar el cauce fluvial y eliminar las plantas invasoras es «exclusivamente» de la Xunta, que hace oídos sordos a sus peticiones. Por lo que no se va a gastar un euro de las arcas municipales, matiza su alcalde, en la limpeza del tramo urbano.

¿Y qué dicen desde la Consellería de Medio Ambiente? Desde el organismo Augas de Galicia indicaron que no han recibido el escrito vecinal. Cuando tengan constancia oficial valorarán las actuaciones solicitadas. Y eso se hará «analizándolas con criterios técnicos y de prioridad en relación con la prevención del riesgo de inundaciones y/o la protección y mantenimiento del dominio público hidráulico». Añaden desde Augas de Galicia que en función de cuáles sean esas actuaciones solicitadas, se valorará igualmente dar traslado al Concello, «que es competente en la materia».

La Xunta acometió una actuación de retirada de algas en septiembre del 2015. Pero a pesar de esos trabajos, la situación no mejoró ni remitió. Lo que buscan los vecinos es tener una interlocución directa con el director de Augas de Galicia, Roberto Rodríguez. Quieren explicarle en persona los antecedentes de la situación que arrastra el Umia, pero también para hacerle partícipe del malestar de vecinos y visitantes. La «inacción» del gobierno local es otra de sus quejas.

Compuertas abiertas. Las chorreras situadas antes del puente de la Herrería se abren de octubre a mayo para el libre paso del agua en el teórico tiempo de mayor probabilidad de fuertes lluvias.

Perjuicios para la flora y la fauna. Maleza y sedimentos excesivos pueden dañar la flora y la fauna del entorno fluvial, según los vecinos. Ayer por la tarde se podía ver una garza en el Umia.

El verde gana al azul. Las tonalidades de verde ganan por goleada al azul del río bajo los arcos del puente de la Herrería. El canal del Umia desaparece en muchos tramos del casco urbano de Caldas.

Mensaje que cuelga del puente. La proliferación de vegetación sumada al bajo nivel del río dan pie al chascarrillo festivo de que los peces del Umia no beberán agua esta Navidad.

Casi se puede cruzar a pie. Las pequeñas islas verdes y marrones también van ganando terreno aguas abajo. La vegetación cubre buena parte del canal y casi se puede cruzar de una orilla a otra.

La práctica deportiva se resiente. Menos agua y más algas dificultan la práctica deportiva en el malecón. El Naútico Umia está acostumbrado a entrenar en un campo de algas. fotos ramón leiro