El vilagarciano buscará desde el miércoles y en las filas del W52 Porto su tercera victoria consecutiva en la Volta a Portugal
21 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.No ha cambiado apenas nada de su preparación porque no hay que cambiar lo que funciona, simplemente algunos retoques en la metodología de entrenamiento para pulir los defectos «sen perder as miñas virtudes», explica. Gustavo César Veloso culminó el pasado fin de semana su trabajo en la estación de Cabeza de Manzaneda y se pasará estos últimos días saliendo a entrenar pero con una intensidad mucho mejor. «Tres horas como moito», subraya. El lunes viajará a Portugal donde desde el miércoles buscará su tercera victoria consecutiva en la Grandíssima, la vuelta ciclista al país luso.
La prueba es el gran objetivo de la temporada. Ya no solo de Gustavo, sino también de su equipo, el W52 FC Porto. «¿Presión? A que te metes ti a ti mismo», responde el vilagarciano cuando se le cuestiona sobre su indiscutible condición de favorito a subir a lo más alto del podio. Lo cierto es que han cambiado algunas cosas con respecto a la edición del año pasado. Para empezar, el recorrido. En esta ocasión solamente hay una llegada en un puerto de primera, la de la cuarta etapa que concluirá en la Serra da Graça, pero las etapas serán duras. César Veloso pone como ejemplo la sexta, en la que los ciclistas deberán ascender en dos ocasiones el alto de Torre para luego encadenar tres puertos de tercera categoría en los últimos cincuenta kilómetros.
Considera el vilagarciano que el recorrido podría beneficiarle en cierta medida porque los rivales tendrán que atacar desde lejos para intentar marcar diferencias con él y Veloso entiende que cuenta con una guardia pretoriana más que notable para ayudarle a defenderse de esos ataques.
Los rivales
En cuanto a los rivales, la Grandíssima de este año destaca por la presencia de Rinaldo Nocentini, un ciclista con un palmarés muy destacado y que en esta temporada se ha enrolado en el Sporting Tavira. En todo caso, y como suele pasar en este tipo de pruebas, serán la carretera y las fuerzas de cada uno quienes dicten su ley.
Gustavo llega a la Volta tan fino de forma como el año pasado. Hizo su primera concentración de altura en Navacerrada, se probó en el Joaquim Agostinho y concluyó con una última semana en Manzaneda para dar el último toque a su estado físico.
La Grandíssima comenzará el miércoles con una etapa prólogo de 3,6 kilómetros de longitud que se celebrará en Oliveira de Azemeis. La primera etapa en línea concluirá en Braga tras 167,4 kilómetros y es el primer ejemplo de lo que los corredores se van a encontrar en la Volta a Portugal, con un último puerto de Tercera a solo 8 kilómetros de la meta. El viernes día 29 la caravana partirá de Viana do Castelo para llegar a Fafe de nuevo con una etapa rompepiernas y cuatro puertos puntuables en sus 160 kilómetros. El sábado también será una jornada complicada, con dos puertos de segunda categoría y el domingo será la etapa reina, con final en un puerto de primera y cuatro altos puntuables más.
No cesan las hostilidades. El lunes más, de nuevo otro rompepiernas con un puerto de primera y otro de segunda en su recorrido, en la jornada previa a la otra gran etapa de la prueba, con dos pasos por el puerto de categoría especial de Torre. Solo en la séptima etapa llegará por fin una tregua. Un recorrido llano para encarar el tramo final de la competición.
La octava etapa, con final en Nazaré, tendrá tres puertos en los 80 últimos kilómetros y la penúltima guarda también una pequeña trampa, con un alto de segunda categoría a solo trece kilómetros de la llegada.
La Grandíssima concluirá con una contrarreloj individual de 32 kilómetros entre Vila Franca de Xira y Lisboa que es en la que Gustavo César Veloso debería sellar su superioridad sobre sus rivales. El vilagarciano llega «responsabilizado» pero también muy confiado en sus posibilidaes. «O traballo xa está feito», concluye.