«Al cruzar la meta pensé en mi abuelo, en dedicarle la victoria de la mejor forma posible, que era llegando solo»

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

21 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la cabeza fría, como le inculcó su añorado abuelo Modesto Sánchez, Teto. Así habla Ángel Sánchez tras su primera victoria como profesional.

-Hace siete meses entraba en un hospital temiendo por su carrera tras chocar a 40 kilómetros por hora con un coche despistado en el cruce de Caleiro. Y ahí estaba el domingo, recogiendo el trofeo del Memorial Nuno Neves...

-Sí. Al final fue un poco la constancia, e ir progresando. Superar los obstáculos. Tengo el menisco roto. Me da una serie de problemas, pero me permite correr, aunque me perjudica a nivel de rendimiento. Me estoy planteando si operarme a final de temporada, en función de como avance la lesión.

-Su primer triunfo profesional, y casi 3 minutos sobre el segundo para ir saboreándolo antes de meta. Mucho tiempo para que a uno se le crucen tantas cosas por la cabeza, y por ese segundo motor del deportista, el corazón...

-Sacaba una diferencia buena. Pero también el desgaste de toda la carrera. Sabía que estaba pendiente de un hilo de sufrir una pájara. Fue una lucha constante, de ir regulando el esfuerzo para no quedarme tirado. Porque si lo hacía me quitaban los 3 minutos en pocos kilómetros. Opté por regular, aprovechar las partes que me beneficiaban, el llano y las bajadas, y regular mucho los esfuerzos en los repechos, que eran muy duros. Pendiente de las referencias. Piensas que nunca es suficiente tiempo. Puede haber un pinchazo, una caída tonta. Los últimos kilómetros los hice pendiente de cada curva, de cada bache. Lo último que pensaba era en ganar, solo pensaba en hacer una contrarreloj, y me hablaba para animarme a mí mismo. Me tenía que recordar constantemente que tenía que ganar la carrera.

-Cruzada la meta, dedo y beso al cielo...

-Sí. En ese momento pensé en mi abuelo. En dedicarle la victoria de la mejor forma posible, que era llegando solo.

-«Cuando la duda entra en la cabeza, es la duda la que vence». Una de las muchas lecciones que ha comentado aprendió de su abuelo Modesto. ¿Alguna vez dudó Ángel Sánchez de poder demostrar que vale para esto, para ganar carreras, y quién sabe si algo más, en el pelotón profesional?

-Eh... Dudar, no. Pero... No. Nunca me lo cuestioné. En un momento dado se te pasan cosas por la cabeza cuando las cosas no salen. Pero relajado y tranquillo, nunca me lo cuestioné.

-El año pasado, en su estreno como profesional, rozó la victoria en la Clássica de Primavera en su segunda carrera en el gran pelotón, pero una avería se lo impidió. ¿Al final todo llega cuando uno vale y lo pelea?

-Sí. Sí. A lo mejor no en forma de victoria. No todo el mundo tiene la suerte de ganar una carrera. Pero sí en forma de recompensa. A mí hasta ahora me han valorado más por mi rendimiento y mi trabajo, incluso más que a compañeros que tenían alguna victoria. El ciclismo profesional es un trabajo, y en él se valora tanto al que gana, como al que trabaja para que otro gane. A mí el año pasado me valoraron por mi trabajo, no por las victorias que tenía.

-Fichó en el equipo campeón de las últimas ediciones de la Volta a Portugal de la mano de Gustavo César Veloso. Claro que con su historial Sub-23 la suya parecía una apuesta segura...

-No. De Sub-23 a profesionales hay un paso muy grande. Gustavo apostó por mí más como persona y por mi actitud, y por lo que realmente importa de un ciclista. No miraba los resultados. Por ahora ha acertado. A ver si puede seguir siendo así. Gus es un amigo, un compañero de entrenamientos, y una persona de mucha experiencia a la que recurro cada vez que tengo alguna duda sobre el ciclismo, porque él pasó por todo. Forma una parte muy importante de mí. Gracias a él estoy creciendo. Y somos dos ciclistas muy parecidos. No hay nadie que me pueda dar mejor consejo. Me conoce bien, sabe cuáles son mis puntos fuertes y cómo explotarlos, y cuáles los débiles y como mejorarlos.

-Modestia a parte, aplicando el más puro y duro realismo, ¿cuál cree que es el límite de Ángel Sánchez Rebollido en el ciclismo?

-¿Mi límite? Pues realmente no sé cuál es mi límite. Soy joven, y tengo mucho margen de progresión. Dependerá mucho de las oportunidades, de cómo siga creciendo, de cómo lo haga. Yo no me pongo ningún límite.