Tiene veinte años y llegó a la hostelería después de no poder entrar en INEF. Hoy considera que ha encontrado una profesión que le gusta. Lleva tres años en el Centro Superior de Hostelería de Galicia y se pasará el verano en Valencia. «El primer año hice prácticas en A Toxa y después en Marbella», explica. Y vaya si le han servido. «Las prácticas valen para saber si lo que estás estudiando es lo que te gusta», sostiene. A ella le han permitido «aprender a tratar con la gente, a afrontar un problema», afirma. Este año se va a Valencia, a seguir aprendiendo. «Yo me metí en dirección hotelera por probar y cuando llegue a las prácticas dije, esto es lo que quiero», afirma. No tiene precedentes en su familia, pues nadie se dedica a la hostelería. Pero a ella le encantaría trabajar en un hotel relacionado con competiciones deportivas y llevar el departamento de eventos.