Solo dos embarcaciones fueron multadas el verano pasado por invadir las aguas de O Areoso

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

A Illa se prepara para blindar de nuevo ese islote arousano

30 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Guardia Civil del Mar multó el año pasado a dos embarcaciones de recreo que se saltaron el blindaje de seguridad del islote de O Areoso. Este espacio, bautizado como el Caribe gallego por la fineza de sus arenas y por sus aguas cristalinas, corre el riesgo de morir de éxito. Cada verano, el denso tráfico de embarcaciones y la presión de los turistas castiga la duna y los restos arqueológicos que esconde hasta límites insospechados, razón por la que el Concello de A Illa, la cofradía y la Xunta, decidieron poner en marcha un plan de blindaje de este islote arousano.

Sin embargo, no todo el mundo se ha tomado en serio los intentos por proteger O Areoso, afirma el patrón mayor de A Illa, Juan Rial Millán. Y hay embarcaciones que siguen saltándose las boyas que marcan la prohibición de acercamiento de las embarcaciones a motor a menos de 100 o 150 metros de la costa. Según los datos de la Guardia Civil del Mar, el año pasado fueron dos las lanchas de recreo multadas por no atender a las boyas que delimitan el perímetro de seguridad del islote. Sus propietarios, explican desde al cofradía isleña, se enfrentan a importantes sanciones.

Ampliando argumentos

El pósito lleva años implicado en el plan de protección de O Areoso. No es casualidad. La cofradía tiene en esa zona uno de sus mejores bancos marisqueros, y los productores estaban hartos de comprobar como la llegada masiva de embarcaciones de motor dañaba su producción. Pero con el paso del tiempo, el sector del mar ha ido asumiendo como propios otros argumentos. «Non se trata só de protexer unha zona marisqueira. Trátase de protexer a duna e todo o que no illote hai. E tamén de darlle seguridade aos bañistas e aos propios titulares das embarcacións».

Y es que, durante los meses de verano, el tráfico de embarcaciones en el entorno de este especio era más denso que en un puerto deportivo, con todos los riesgos que ello conlleva.

Convencidos, pues, de la necesidad de proteger la isla, la cofradía ya está vigilante. En cuestión de días, el pósito empezará a desplegar las boyas que marcarán el perímetro de seguridad. Alejando los barcos no solo se protegen los fondos marinos, sino que se consigue un segundo efecto beneficioso para su preservación: reducir el número de personas que tocan tierra, amenazando la entereza de la duna y de los importantes restos arqueológicos que bajo ella duermen.

También en cuestión de días, el Concello iniciará los trabajos para reponer los vallados que delimitan los lugares a los que los visitantes no deben acercarse por nada del mundo. Este año, O Areoso requiere más cuidados que nunca, ya que la dureza del invierno ha ocasionado serios daños en él. Por esa razón, desde la Administración local siguen «buscando novas fórmulas que nos permitan mellorar a protección deste lugar», según explica la concejala de Medio Ambiente, Gabrielle Frein Von Hundelshausen.

La concejalía de Medio Ambiente de A Illa busca «como mellorar a protección»