El recibo de basura podría pasar de los 200 euros si no disminuyen los residuos

ch. c. pontevedra / la voz

AROUSA

La Diputación visitó Navarra para conocer experiencias de compostaje.
La Diputación visitó Navarra para conocer experiencias de compostaje.

Desde el área de Medio Ambiente de la Diputación, que dirige Mosquera, se está haciendo una campaña decidida por la implantación del compostaje

02 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cómo reducir el coste de la gestión de residuos? Ese es el quebradero de cabeza para los ayuntamientos de la provincia de Pontevedra. Una legislación europea cada vez más exigente medioambientalmente viene a complicar aún más las cosas. Cada gramo de basura que entra en el circuito de la gestión de residuos es dinero. Cuesta ingentes recursos a las arcas públicas. Si la ecuación no disminuye por alguna de sus variables, el recibo de la basura está abocado a pasar de los doscientos euros y dispararse a los doscientos cuarenta. También el de Pontevedra, sostiene el vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, hasta alcanzar prácticamente el doble de lo que paga una vivienda media ahora en la ciudad.

Desde el área de Medio Ambiente de la institución provincial, que dirige Mosquera, se está haciendo una campaña decidida por la implantación del compostaje: hacer de la basura abono. Se trata de evitar que la basura entre en el circuito de recogida, incluso minimizar los residuos orgánicos que se enviarían a la futura planta de compostaje de A Canicouva, porque ese traslado y tratamiento también repercutiría en el recibo final.

La solución para viviendas unifamiliares es relativamente sencilla. Un compostero individual al que va a parar toda la basura orgánica que se genera en el hogar. Se evita enviar así casi la mitad de la basura que se genera a diario a los contenedores, se ahorra el proceso de su transporte, con sus costes, y no hay que pagar a Sogama por tratarlo. Pero, ¿qué sucede en núcleos más amplios de población, como las ciudades? «¿É viable por un composteiro comunal na Alameda?», se pregunta César Mosquera.

Islas de compostaje por barrios

Todo dependerá del éxito de las iniciativas que se implanten. Por eso, aunque el vicepresidente de la Diputación adelanta que ya hay edificios en los que hay composteros en las terrazas individuales, trata de ir con pies de plomo. De momento, lo que ha hecho la Diputación en Pontevedra es una experiencia piloto en el Centro Príncipe Felipe.

Allí, la Escuela de Hostelería Carlos Oroza contará con un procesador dinámico de compostaje, una especie de miniplanta, a la que se unirá una isla de composteros tradicionales capaz de tratar los residuos que generarían unas sesenta viviendas. Los restos de comida de la escuela de hostelería irán directamente a una miniplanta y en la isla de composteros se tratarán los residuos de varios colegios.

Pero ese tipo de islas con una capacidad para sesenta viviendas podrían colocarse, quizá no en la Alameda, pero sí en otros entornos urbanos para dar servicio a edificios enteros en incluso manzanas de varios inmuebles. Menos residuos orgánicos en los contenedores tradicionales permiten espaciar la recogida. En lugar de ser diaria, podría, paulatinamente parecerse más a la recogida de los contenedores de material reciclable.