«A ver se os Reis nos traen máis cota»

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

AROUSA

Bibiana Villaverde

Una veintena de cerqueiros pasaron la Nochebuena en el campamento de San Caetano en el que llevan 64 días

26 dic 2015 . Actualizado a las 11:23 h.

Lejos de casa y de los suyos. Así pasaron la Nochebuena y la Navidad la veintena de marineros del cerco que decidieron permanecer en el campamento montado frente a la Xunta para demandar un sistema de cuota de pesca que no se fije por las capturas históricas sino por el número de tripulantes y días de faena de cada barco. Como en cualquier casa, en la carpa en la que los cerqueiros hacen vida ayer había niños con juguetes nuevos y potas humeantes al fuego con viandas típicas de estas fechas: langostinos, gambones y bacalao con coliflor y grelos. El mismo menú para cena y comida. Y para ir picando, unas buenas empanadas.

Pese a las buenas caras, en el campamento cerqueiro hay más preocupación que alegría. El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, les llamó para pedirles que fueran a casa a celebrar las fiestas. Los marineros votaron y decidieron quedarse. Agradecen el gesto de preocupación del prelado, pero quieren demostrar con su presencia que su voluntad es firme y que no cejarán en su empeño. «Aquí estivemos e aquí estaremos en fin de ano e en Reis. E a ver se os Reis nos traen nun dos camelos algo máis de cota, que é o que nos fai falla», ironiza José Ángel Oubiña, cambadés y patrón del barco Roque.

Oubiña es uno de los que ha sacrificado las fiestas y a la familia por estar en el campamento en Navidad. «Que lle vas facer, eles o entenden porque aquí estamos polos nosos fillos», explica. Luisa Costa, de Malpica, acudió por la mañana para ayudarles a preparar la comida de Navidad. Los marineros tienen muy bien organizado el campamento y cuentan con una potente estufa de gas que hace que no pasen frío. Por la noche tuvieron hasta dos gaiteiros y una tele en la que vieron el mensaje del Rey. «Fóra da casa non se está ben en ningún sitio, pero esta é a outra familia que temos», reflexiona Luisa, y José Ángel apunta: «Unha familia ca que non contábamos». Así de unidos están los cerqueiros.

Otro de los que pasaron la Nochebuena en el campamento de San Caetano fue José Beriso, también de Malpica y patrón del barco Castelao. Es de los veteranos y de los que habla con más crudeza. Está indignado porque con la cuota que le han asignado solo puede facturar 22.000 euros al año. «Que fago eu con iso se só de gas [de combustible] o meu barco consume 30.000 euros», se lamenta.

Ni él ni los demás son muy optimistas con el resultado de la nueva reunión que está previsto que se celebre la semana que viene con el otro sector del cerco, los que no quieren cambiar el sistema de cuotas, y la Consellería do Mar. Y eso que el encuentro de esta semana supuso un acercamiento que destacaron todas las partes enfrentadas. «Os outros xa mostraron a súa cara -señala Beriso en referencia a la asociación Cerqueiros Galegos-. Dixeron que se lle teñen que dar algo de cota aos que non teñen nada lla dan. ¿Pero quen son eles para dar ou non dar, se a cota non é deles?», se pregunta indignado. Es evidente que las posturas están aún muy lejanas.